Conscientes de la importancia que tiene el patrimonio cultural y su conservación, como una de las mayores manifestaciones de inclusión, la Universidad Agustiniana, desde su Facultad de Arte, Comunicación y Cultura, presenta la tercera edición de “Huella”. En esta ocasión, el Encuentro propone como eje temático las “Acciones para la paz”.
Las anteriores ediciones de “Huella” han dejado grandes conocimientos, experiencias, reflexiones y conclusiones. “Huella” 2017 ti ene como objetivo principal propiciar un espacio de debate y reflexión, desde la academia, frente a la trascendencia que tiene el patrimonio y su articulación con la cultura.
El Encuentro propone charlas, debates, talleres y presentaciones en vivo de expertos nacionales e internacionales, donde los asistentes tendrán un acercamiento con las diferentes manifestaciones de la cultura y las artes, como patrimonio para la paz. El programa se enriquece con las experiencias, como: “Restaurantes contra el hambre”, a cargo del famoso chef Mark Rausch; Reconstrucción de El Salado, con el arquitecto Simón Hosie; “Memoria Viva”, de la Dirección de Patrimonio del MinCultura; entre otras iniciativas de reconocimiento y valoración del patrimonio; así mismo y a partir del 28 de septiembre, se realizarán talleres en la hermosa ciudad de Barichara, Santander, considerada patrimonio cultural del país desde 1978.
El cierre del día inicial de actividades estará a cargo de la famosa orquesta bogotana “Real Charanga”, sueño materializado en marzo de 2003 por el maestro Daniel Díaz, quien bajo el efecto transformador de una tradición musical que impera en su familia y su formación sinfónica, aglomeró dichas fuentes de inspiración, lo cual fue determinante para diseñar una propuesta musical innovadora y única, que integra elementos del Latinjazz, la salsa y la música clásica.
Huella 2017 se inspira en la paz, como valor humano, como un bien que nos permite la vida, como el alimento, el aire y el agua. La paz se construye en el contexto de la sociedad en la que se vive, nace dentro de cada ser humano y se reproduce socialmente, entre comunidades, pueblos y estados. El valor de la paz se da como derecho humano universal y como precondición para el disfrute de los demás derechos. Es ella un derecho individual de las personas que se refleja en el colectivo, para convertirse en patrimonio común de la humanidad.
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