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El dispositivo cuenta con tres celdas que conforman los paneles solares puestos alrededor del objeto (árbol), transforman la luz del Sol y la convierte en energía eléctrica, la cual se emplea para alimentar dispositivos electrónicos.

También, tiene baterías de fácil adquisición dispuestas en la raíz del árbol, de tal manera que además de servir como cargador alimentan la iluminación de este, que cumple a la vez una función decorativa.

“Lo que se hizo fue mezclar tecnología y arte con ciertas alternativas de energía de frontera, como la solar, que están adquiriendo un impacto muy fuerte debido a la conservación del medioambiente y además por los problemas energéticos actuales del mundo”, explica su creador, el docente Carlos Vargas Hernández, director del Laboratorio de Propiedades Ópticas de la U.N. Sede Manizales.

El árbol cubre aproximadamente dos cargas de celular, gracias a los 400 miliamperios que genera. Se trata de paneles pequeños que trabajan a cinco voltios. Adicionalmente, se pueden conectar baterías de otro tipo para ser recargadas por las celdas solares.

“Consta de circuitos internos de protección, tanto para las baterías como para los sistemas y tiene una autonomía de varios días. Si se pone al sol no se necesitaría interferir con este y simplemente se tendría la energía suficiente para la carga”, destacó el director del laboratorio.

Según el profesor Vargas, cuando no hay energía del sol las baterías internas, que están en la raíz del árbol, empiezan a funcionar, además son las encargadas de iluminar este objeto en las noches.

“Las baterías de níquel son recargadas por el mismo panel solar. Es decir, es un sistema autónomo en el cual no hay que interferir, pues simplemente toma la energía del sol”, subraya su creador.

Ese tipo de baterías tienen varios ciclos de carga y descarga, lo que permite una estabilidad para una cantidad de meses, incluso algunos años de autonomía.

Los paneles de este tipo tienen un promedio de vida de 10 años. Las baterías pueden durar uno o dos años con un buen mantenimiento y protección de carga y descarga.

“Los árboles toman su energía a través del sol durante todo su proceso evolutivo. Implementé este tipo de simbolismo porque no solo permite que se produzca vida natural, también energía”, destaca el docente.

El profesor de la U.N. todavía no ha calculado el valor del árbol en el mercado, pero espera seguir haciendo prototipos distintos, escalables y mucho más grandes, que no solo carguen celulares, también diferentes sistemas de iluminación de tipo externo.

De esta manera, invita a los futuros profesionales a utilizar las nuevas tecnologías que permitan obtener energía limpia y autónoma; además de mezclarla con creatividad o un arte sencillo, atractivo para la sociedad.