Frases como “Hoy no fío, mañana sí”, “minuto a 100”, “se venden empanadas” y otros anuncios urbanos populares servirán para enseñar español a los extranjeros.
Se trata de la unidad didáctica diseñada por Ángela Milena Maldonado, estudiante de último semestre de Licenciatura en Filología e Idiomas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien utilizó las señales elaboradas de forma artesanal por los comerciantes bogotanos para que los extranjeros aprendan español. Para su investigación, la estudiante recorrió varias localidades de Bogotá, como Suba y Teusaquillo, además retrató la señalización que se utiliza en los locales comerciales. Después, seleccionó los mensajes más frecuentes, que no son elaborados con herramientas digitales y no pertenecen a corporaciones ni multinacionales. Entre estos, reunió aquellos relacionados a letreros de ventas de alimentos y los de prestación de servicios, como arreglos de todo tipo. “Es un proyecto intercultural, es decir, representa la identidad bogotana y conforma una herramienta didáctica que muestra el español cotidiano que se habla en la capital”, explica la filóloga Maldonado. |
Además, los habitantes de la ciudad dan por sentado que las señales y letreros están allí; asimismo, tienen que ver con la cultura y las formas de expresión vigentes, pese a las nuevas herramientas tecnológicas.
Luego de la observación, las fotografías recolectadas fueron presentadas a algunos de los estudiantes del diplomado en Español como Lengua Extranjera (ELE), y a partir de sus opiniones seleccionó los contenidos presentes en el documento, útil para enseñar las competencias comunicativas.
Según los estudiantes, los avisos demandan atención por sus dibujos vívidos e ilustraciones y una de las principales ventajas es que están presentes en todos los sectores de la ciudad, además de estimular a los transeúntes, lo que garantiza que sean vistos.
“Teniendo en cuenta las afirmaciones de los estudiantes, evidenciamos que entre más artísticas sean las imágenes que acompañan la publicidad, más son admiradas por los paseantes y, por tanto, para ellos es más fácil recordarlas”, destaca.
En la propuesta se incluye una tabla de contenidos con los objetivos, el material lingüístico y las actividades que se deben realizar. Las señales no son traducidas, por el contrario, son usadas como material auténtico que se les presenta a los extranjeros y los motiva a aprender, puesto que están hechos para los hablantes nativos de la lengua.
La unidad didáctica, llamada “¡Buenas!, ¿tiene minutos? compro bueno, bonito y barato en los negocios de Bogotá”, está dividida en una serie de tareas. El objetivo final es que el estudiante no nativo se dirija a un comercio de la ciudad, pueda comprar e interactúe con el vendedor de una forma efectiva.
La primera actividad consiste en mostrar los letreros e identificar los lugares en los que son expuestos. Dar a conocer el vocabulario de comercio, definir los lugares como panaderías o peluquerías y conocer qué producto o servicio se obtiene en cada lugar.
Luego se les pedirá hacer una lista de compras y deberán identificar qué lugares deben visitar para adquirir cada producto. La unidad también incluye contenidos lingüísticos, como la conjugación de los verbos comprar y vender en el presente del indicativo.
La herramienta, diseñada para enseñar el nivel A1, contiene una cápsula cultural donde son explicadas frases, como “se vende”, “se hace”, “sí hay” y el significado las siguientes expresiones: “las vueltas” o “el sencillo”.
“Aprender lo que significa cada letrero es un reto para los estudiantes y genera motivación hacia la clase. Esto es algo que está muy presente en la realidad bogotana y no se enseña en ningún libro”, concluye la estudiante.