Se conoce como Application Programming Interfaces, o API, a una interfaz de programación de aplicaciones que permite utilizar tecnología de terceros en los proyectos propios de un desarrollador o de un equipo de desarrolladores.
Este método aporta grandes ventajas a las compañías, como veremos más adelante, puesto que permite que las pequeñas empresas tengan a la mano el mismo nivel de tecnología avanzada que las grandes corporaciones de su sector, con una cantidad de costos reducidos.
¿Qué es una API?
Cuando hablamos de API no nos referimos a un programa en sí, sino a un conjunto de definiciones, protocolos y ejecuciones que se implementan en el desarrollo de un software para integrar dentro del código.
La API permite que dos plataformas creadas por distintos desarrolladores y programadores se comuniquen entre sí para ejecutar las órdenes del sistema sin ningún problema, mediante un conjunto de reglas establecidas.
En este sentido, se puede interpretar a la API como una orden que traduce el lenguaje de un programa para poderlo ejecutar sin problemas dentro de otro, aunque este último esté desarrollado en un lenguaje diferente.
Hoy en día, muchas plataformas web, aplicaciones móviles y soluciones corporativas como ERP, CRM e incluso servicios de banca móvil están disponibles mediante una API, por lo que es mucho más sencillo para un desarrollador incorporar esta tecnología dentro de un ecosistema de trabajo.
¿Para qué funciona una API?
En el pasado, para que un programador pudiera implementar una ejecución específica de otro software dentro de su propio desarrollo, habría tenido que recurrir a la ingeniería inversa para interpretar el funcionamiento del programa y poder replicarlo.
Esto se traduce en horas de programación y en que, en la mayoría de los casos, no siempre se logre el mismo resultado.
En este sentido, una API funciona para conectar una solución específica de un programa con otro y ejecutarla, sin necesidad de replicar el código completo del software solo para ejecutar una función única.
El uso de las APIs es distinto en cada industria. Por ejemplo: en el sector financiero, un negocio de comercio digital puede crear una plataforma de finanzas personales para que sus clientes gestionen un monedero electrónico, sin necesidad de recurrir a un banco para replicar el código de una aplicación de banca móvil.
¿Cómo es esto posible? La API se fundamenta en una infraestructura tecnológica, por lo que no necesita reescritura de código, sino únicamente el acomodo del orden y ejecución de cada una de las funciones a realizar dentro de la plataforma.
Ventajas de implementar una API
Las alianzas con proveedores de estas infraestructuras tecnológicas es una de las estrategias de las empresas en los últimos años, ya que les permite ampliar sus operaciones en muy poco tiempo. Estas son las principales ventajas que tiene implementar una API:
- Permite economizar costos de desarrollo de una aplicación.
- Incentiva la innovación en los equipos informáticos de una empresa, al utilizar tecnología avanzada de terceros.
- Crea y fomenta la incorporación de nuevos modelos de negocio.
- Son fáciles de implementar, según los tipos de API.
Tipos de API que existen:
Las APIs se pueden clasificar en tres tipos según su origen:
- API de servicios web: conectan las funciones de un servicio web con una aplicación.
- API basadas en bibliotecas: permite importar información desde una biblioteca hacia la nueva aplicación.
- API utilizadas para funciones del sistema operativo: facilitan la ejecución de funciones de sistemas, operaciones dentro de una aplicación.
Una API puede aportar múltiples beneficios durante la ejecución de un proyecto de tecnología, incluso acortando los tiempos del desarrollo y acceder a tecnología avanzada.
La finalidad de las APIs es aportar el mismo nivel de tecnología a diferentes sectores, logrando que todo nuevo desarrollo sea accesible para todo tipo de emprendimiento sin importar la experiencia de su equipo o la capacidad de su equipo informático.