El segundo día de Estéreo Picnic 2016 estuvo marcado por grandes hitos de la escena musical hispanoamericana, tres enormes leyendas de los sonidos contemporáneos y más de 10 horas de fiesta y baile sin control. Ni la lluvia que atrasó aquel día un poco la entrada a #UnMundoDistinto, pudo detener la pasión de tantas sobre la sabana de Bogotá.
Las primeras tres horas del festival mostraron el potencial y la diversidad de la música latinoamericana, empezando por el rock guitarrero, transitando por el ruido tropical, y llegando hasta el indie pop mexicano. Ya en la memoria, las duras lluvias de la sabana bogotana parecen confundirse con las miles y miles de notas que inundaron nuestros oídos este 11 de marzo de 2016.
Revolver Plateado tomó la antorcha para dar inicio a la segunda jornada del festival con una dosis necesaria de su espacial rock de autor. Ismael Ayende le siguió con psico-surf para bailar y Los Pirañas armaron, desde su propuesta de vanguardia, una rumba psicodélica de proporciones inesperadas.
El estallido final de la explosión latinoamericana estuvo a cargo de Ximena Sariñana, Vicente García, Little Jesus, Francisca Valenzuela y Oh’LaVille. Sariñana lleva cerca de 10 años de carrera y se mostró en el escenario tan cómoda como la artista insignia que es, compartiendo canciones con Francisca Valenzuela y Esteman. Por su parte, Vicente García y Little Jesus están en camino de convertirse en referentes para todo el continente… mientras que Christina Rosenvinge saldó su deuda con la movida española en el país con su presente prometedor y su pasado emblemático junto a Los Subterráneos.
Los bogotanos Oh’LaVille estuvieron encargados de calentar al público antes de que Alabama Shakes pisara el Escenario Tigo Music (entre algo de lluvia que persistía). El cuarteto hizo una labor destacada, estremeciendo a un público ansioso. De todos modos, minutos después llegó el momento que tantos esperaban: el gran concierto de Alabama Shakes, una banda que deja todo en el escenario y se ha ganado varios Premios Grammy a punta de ello. La banda liderada por Brittany Howard recorrió por grandes éxitos como “I Don’t Wanna Fight”, “Dunes” y “Gimme All Your Love”, ampliamente celebrado por una asistencia que se dejó conmover y rockear profundamente.
Unos momentos después, en el mismo Escenario Tigo, muchos esperaban ya desde los años 90 poder ver en vida a Noel Gallagher cantando “Don’t Look Back In Anger”, “Champagne Supernova” o “Wonderwall”. Y eso fue justamente lo que pasó. Noel, el problemático y genial chico dorado del brit-pop , dio una cátedra de rock clásico y nostalgia abrumadora.
De Florence Welch podemos decir una cosa: es ese universo propio que comparte la constelación de todas nuestras almas. Su energía, su estética y su banda fueron suficientes para que los bogotanos movieran (literalmente) el piso del Parque 222. Pero fue su voz, esa que llena estadios y altiplanos, la que terminó de enloquecer al público. Canciones como “Ship To Wreck”, “Shake It Out” y “Dog Days Are Over” están entre los momentos más importantes del festival.
El festival, que siempre ha re-significado la fiesta en el país a su antojo, acentuó esa noche/madrugada con 10 horas de baile al ritmo de múltiples géneros. El asunto inició con Walk The Moon, el exitoso grupo de colorido pop cañero, pasando por la sabrosura británica de Jungle, los ya consentidos de los bogotanos, y una serie de DJ sets con tanta jerarquía que dan gusto a todos los seguidores de la electrónica: Duke Dumont, Unknown_Yet, Patrick Topping, Jamie Jones y la joven –pero siempre inmensa- mega estrella Zedd. Este último cerró la noche con un show de producción impresionante, repitiendo Estéreo Picnic y dejando #UnMundoDistinto en absoluta felicidad, de principio a fin, entre frío y calor, y del rock a la electrónica.