"Tengo miedo de despertarme y que no sea cierto" Janowicz

Jerzy Janowicz apenas tiene nombre en el mundo del tenis, pero este polaco de 21 años y sin ningún palmarés logró eliminar en octavos de final del Másters 1.000 de París-Bercy al número tres del mundo, el escocés Andy Murray.

“Creo que es lo más bonito que me ha pasado en la vida. He ganado al campeón olímpico, al ganador del Abierto de Estados Unidos, el alto increíble. Tengo miedo de despertarme y que no sea cierto”, afirmó el jugador poco después de haber derrotado al británico por 5-7, 7-6(2) y 6-2.

Es el golpe más importante dado por este joven jugador que en 15 días tendrá 22 años. Su triunfo en París puede acelerar una carrera que, hasta ahora, tardaba en lanzarse.

Janowicz, hijo de dos exjugadores de voleibol, que comenzó a jugar al tenis a los cinco años, cuando veía a su padre, ya retirado, golpear la bola.

Desde entonces ha tratado de abrirse camino en un deporte no muy popular en su país, donde todavía se añora a Wojtek Fibak, que estuvo en el circuito a finales de los 70.

“Siempre he tenido problemas para encontrar patrocinadores, no tenía dinero para proseguir mi carrera. Si he llegado hasta aquí es gracias a mis padres, que lo apostaron todo a mi carrera”, señaló.

Hasta ahora, apenas se le había visto en el circuito profesional y en su palmarés figura la final del Rolang Garros júnior que disputó en 2008.

Pero a principios de este año su carrera aceleró. Cambió de entrenador, de material y de mentalidad. “Ahora pienso en ganar cada punto, independientemente del anterior, concentrado en mi forma de jugar”, asegura.

Una mentalidad que le sirvió para no venirse abajo cuando Murray gozó de una bola de partido en el décimo juego del segundo set, que Janowicz acabó remontando para hacerse con la manga y con el partido.

Desde la atalaya de sus 203 centímetros de altura, Janowicz es uno de esos gigantones que basa su juego en el servicio. “Una vez logré sacar a 251 por hora, pero eran unas bolas más ligeras. Aquí es imposible, tengo que conformarme con 230, que no está mal”, dice.

Esos cambios dieron sus frutos y en el pasado Wimbledon logró pasar dos rondas, contra el italiano Simone Bolelli y frente al letón Ernests Gulbis, antes de caer contra el germano Florian Meyer, que por entonces era 29 del mundo y al que ganó dos sets.

Entre tanto, Janowicz solo había jugado un partido contra un “top ten”. Fue en Copa Davis en 2009 y su rival fue Murray.

“Me parecía increíble poder jugar contra él. Mi único pensamiento era no perder por un triple 6-0. Aquel partido, disputado en Liverpool, me ha servido para el de hoy. Sabía a lo que me atenía”, aseguró el polaco, que perdió aquel encuentro pero cuyo país ganó aquella eliminatoria.

Janowicz no es un cañonero al uso. Su potente servicio se completa con un completo juego desde el fondo de la pista.

“Juega muy bien desde el fondo de la pista y, a diferencia de otros jugadores alto que tienen un gran servicio, este es más imprevisible”, afirmó Murray mientras se lamía las heridas de su derrota.