El ministro de Exteriores de Venezuela, Yván Gil, ha condenado las “criminales” sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea y ha reclamado su “cese y erradicación”, aprovechando su intervención en el plenario de la XXVIII Cumbre Iberoamericana.
Para Caracas, estos castigos ocultan en realizan una “práctica neocolonial” y no sólo “perjudican” el desarrollo e impiden el comercio, sino que “violan sistemáticamente los Derechos Humanos”.
Gil ha repasado la batería de castigos adoptadas contra el chavismo y ha asegurado que, desde el año 2015, Venezuela acumula más de 900 sanciones y tiene “secuestrados” más de 7.000 millones de dólares. Además, ha denunciado el “robo” de empresas.
A Venezuela “se le ha perseguido”, ha señalado, pero “siempre se ha mantenido digna para combatir los ataques”. “Hemos logrado hacer mucho con poco”, ha agregado el jefe de la diplomacia venezolana durante su discurso, en el que también ha aludido a otros retos pendientes de la región como el cambio climático, la desigualdad o la defensa de un sistema financiero internacional “justo”.
Gil ha encabezado la delegación venezolana en esta cumbre, para la que llegó a barajarse la presencia del presidente, Nicolás Maduro, que nunca antes ha asistido como jefe de Estado a un foro en el que participan un total de 22 países, entre ellos España.
El sábado a primera hora, la organización de la Cumbre contaba entre su lista de ponentes a la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en representación de Maduro, pero finalmente la ‘número dos’ del Gobierno tampoco ha viajado a Santo Domingo.
Rodríguez sí ha hablado en Twitter, para alegar que Maduro tenía intención de acudir pero no lo hizo porque el viernes dio positivo por COVID-19, en una prueba que finalmente quedó descartada con otros dos test negativos.