Los 9 rasgos del temperamento |Educación Socioemocional|

La mirada moderna al concepto del temperamento infantil ha capturado la atención tanto de madres como de científicos. En el auge de la crianza respetuosa se ha intentado explicar cómo la maduración cerebral, la alfabetización emocional y los rasgos del temperamento están estrechamente relacionados y podrían explicar las conductas y comportamientos en la etapa infantil.

Antes de empezar, es necesario definir carácter, temperamento y personalidad, el objetivo es comprender asertivamente la relación de los conceptos y cómo se pueden identificar en la infancia.

Carácter: Se deriva del griego character término que designa un instrumento grabador y denota la naturaleza psicológica de la persona o su marca. Aunque el concepto es heterogéneo, frecuentemente se emplea para designar rasgos de la personalidad que son moldeados por los procesos del desarrollo y las experiencias de la vida (De la Fuente, 1983).

Temperamento: El temperamento está relacionado con las características individuales que se asignan a la base genética o biológica (herencia de madre, padre) y que determinan (predicen) las respuestas afectivas, atencionales y motoras del individuo en situaciones que son afectadas por el contexto. En palabras de los investigadores y científicos Chess y Thomas (1991), el temperamento es el componente estilístico de la conducta (cómo), diferenciado de la motivación (porqué) y del contenido de la conducta (qué).

Personalidad: Es la combinación única y distintiva de los rasgos de temperamento de un individuo, junto con otros aspectos psicológicos y sociales que influyen en su comportamiento y forma de interactuar con el mundo (Chess y Thomas, 1991).

A medida que los niños y niñas crecen los rasgos del temperamento se vuelven más evidentes y permiten apreciar la diversidad y singularidad en ellos. Al compararlos entre sí, se identifican diferencias claras que son expresadas con adjetivos y cualidades. ¿Es enérgico y travieso, o más tranquila y serena?, ¿muestra entusiasmo por lo nuevo o se siente inseguro?

Cada niño y niña acorde a la teoría de Desarrollo del Temperamento de Chess y Thomas, posee un temperamento único que influye en su forma de interactuar con el mundo que lo rodea.  Para comprender y orientar a los niños y niñas de manera adecuada, sin reprimirlos ni castigarlos los investigadores propusieron 9 rasgos que serán detallados en este artículo.

“La doctora Stella Chess, profesora de psiquiatría infantil en el centro médico de la Universidad de Nueva York, ha estudiado, junto con su esposo Alexander Thomas, el “temperamento biológico natural”, para comprobar si la propia naturaleza del niño reacciona con el ambiente para producir la personalidad. La revelación principal de sus trabajos puso de manifiesto que la biología heredada (temperamento, naturaleza, constitución y rasgos innatos) son el factor más importante de la personalidad. La Dra. Chess comprobó que la naturaleza básica del niño, vista a partir de su nacimiento, dicta, a menudo, su conducta, y añade: “Si no se toma en cuenta el temperamento del niño, el maestro, el psicólogo y hasta los padres, pueden cometer equivocación en su crianza”. Abundando sobre los factores hereditarios” (Martínez y Molina, 2016).

En este contexto, el trabajo pionero de Stella Chess y Alexander Thomas ha sido fundamental para comprender los rasgos básicos del temperamento infantil. Su estudio longitudinal llevado a cabo en Nueva York, conocido como “Estudio sobre el Desarrollo del Temperamento”, siguió a un grupo de niños y niñas desde la infancia hasta la edad adulta, proporcionando una visión profunda y detallada de la evolución del temperamento:

https://www.nytimes.com/2007/03/22/nyregion/22chess.html

Este estudio reveló nueve rasgos clave que describen las diferentes facetas del temperamento infantil. Cada uno de estos rasgos puede manifestarse en diferentes grados en cada niño o niña, creando una combinación única y personalizada.

Los 9 rasgos del temperamento

  1. Actividad: Este rasgo se refiere al nivel de energía y movimiento de un niño o niña. Algunos niños y niñas son naturalmente activos, llenos de energía y siempre en movimiento. Pueden ser traviesos, curiosos y constantemente buscando nuevas experiencias. Por otro lado, algunos niños y niñas son más tranquilos y serenos, prefiriendo actividades más calmadas y pausadas.
  2. Ritmo/regularidad: Este rasgo se relaciona con la capacidad del niño o niña para seguir una rutina. Algunos niños y niñas muestran una gran regularidad en su comportamiento, siguiendo patrones predecibles en sus hábitos de alimentación, sueño y rutinas diarias. Por ejemplo, pueden tener horarios consistentes para comer, dormir y realizar otras actividades. En contraste, otros niños o niñas pueden ser menos predecibles y tener dificultades para establecer una rutina.
  3. Reacción ante lo nuevo: Este rasgo se refiere a cómo un niño o niña responde a situaciones o experiencias nuevas. Algunos niños y niñas son intrépidos y muestran una gran curiosidad y entusiasmo por lo desconocido. Se adaptan fácilmente a los cambios y muestran una actitud abierta y positiva hacia las nuevas experiencias. Otros niños o niñas pueden ser más cautelosos y reacios a lo nuevo, mostrando temor o ansiedad ante lo desconocido.
  4. Adaptabilidad: Este rasgo se refiere a la capacidad del niño o niña para ajustarse a los cambios en su entorno. Algunos niños y niñas son altamente adaptables, capaces de enfrentar y aceptar nuevos desafíos sin dificultad. Se muestran flexibles y resistentes al cambio, lo que les permite adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias. Otros niños y niñas pueden tener dificultades para lidiar con los cambios y pueden requerir más tiempo y apoyo para adaptarse a nuevas situaciones.
  5. Sensibilidad: Este rasgo se refiere a la respuesta del niño o niña a los estímulos del entorno, que pueden ser físicos, emocionales o sensoriales. Algunos niños y niñas son más sensibles y reaccionan intensamente a los estímulos, como el ruido, las luces brillantes o las texturas. Pueden ser fácilmente sobre estimulados o sentirse abrumados en entornos ruidosos o con mucha actividad. Otros niños o niñas pueden mostrar una menor sensibilidad y parecer menos afectados por estos estímulos.
  6. Respuesta: Este rasgo tiene que ver con la intensidad y la forma en que un niño o niña expresa sus emociones y reacciones. Algunos niños y niñas tienen respuestas emocionales intensas y expresan sus sentimientos de manera enérgica y vívida. Pueden reírse a carcajadas, llorar con intensidad o enojarse de forma enérgica. Otros niños y niñas pueden tener respuestas más suaves y sutiles, mostrando una gama más moderada de emociones.
  7. Disposición: Este rasgo se refiere al estado de ánimo general del niño y a ciertas emociones predominantes. Algunos niños y niñas parecen ser naturalmente felices y alegres, mostrando una disposición positiva hacia la vida y hacia los demás. Pueden ser amigables, extrovertidos y tener una actitud generalmente optimista. Otros niños pueden mostrar una disposición más melancólica o tener dificultades para regular sus emociones, manifestando tristeza o estados de ánimo más negativos.
  8. Distracción: Este rasgo se relaciona con la facilidad con la que un niño o niña puede distraerse de lo que está haciendo. Algunos niños y niñas son más propensos a distraerse y pueden tener dificultades para mantener la concentración en una tarea o actividad específica. Pueden ser fácilmente cautivados por estímulos externos o perder el interés rápidamente. Otros niños y niñas pueden tener una mayor capacidad de concentración y mantenerse enfocados en una tarea durante períodos más largos.
  9. Atención: Este rasgo se refiere al tiempo que el niño o niña puede prestar atención a una actividad o tarea específica. Algunos niños y niñas tienen una mayor capacidad de atención y pueden concentrarse en una tarea durante períodos prolongados. Pueden mostrar una mayor perseverancia y enfoque en las actividades que realizan. Otros niños y niñas pueden tener una capacidad de atención más limitada y pueden necesitar estímulos variados o cambios frecuentes para mantener su interés y atención.

Clasificación del Temperamento

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Escala del Temperamento

 

  1. Temperamento de adaptación lenta: incluye tendencias de aislamiento hacia lo nuevo, lenta adaptación al cambio y frecuentes respuestas negativas de leve intensidad. Estas personas a menudo son consideradas como tímidas. Comprenden el 15% de la población.
  2. Temperamento difícil: es lo opuesto del temperamento fácil, principalmente en cuanto a la irregularidad biológica. Hay tendencias de aislamiento hacia lo nuevo, lenta adaptación al cambio y frecuentes e intensas expresiones negativas. Se presenta en 10% de la población estudiada.
  3. Temperamento fácil del niño(a) activo: es la combinación de la regularidad biológica, de las tendencias de acercamiento a lo nuevo, de la adaptabilidad rápida al cambio, y de un afectó predominantemente positivo de intensidad leve o moderada. Este grupo constituye 40% de la población estudiada. (Albores-Gallo et al., 2003)

Alexandra Parra

Pedagoga y neuropsicóloga

https://alexandraparra.com/