Al menos ocho personas han muerto y otras nueve han resultado heridas por el atropello perpetrado el domingo junto a un centro de Brownsville, Texas, cerca de la frontera con México, según un nuevo balance de víctimas divulgado por las autoridades, que aún no han confirmado de forma definitiva que se tratase de una acción intencionada.
El atropello tuvo lugar a primera hora del domingo, cuando un Land Rover embistió a un grupo apostado en una parada de autobús situada junto al Centro Ozanam, donde opera una ONG que acoge a personas sin hogar y a migrantes. El conductor, vecino también de Brownsville, ha sido detenido, aunque no se ha hecho pública su versión de los hechos.
El director del centro, Victor Maldonado, ha explicado a la cadena CNN que más de 20 migrantes estaban en la zona y ha identificado a las víctimas como venezolanas. Habían llegado al refugio hace varios días, según Maldonado, que ha confirmado también que la Policía ya tiene en su poder una copia de las imágenes de las cámaras de seguridad.
El Ministerio de Exteriores de Venezuela ha instado al Gobierno de Estados Unidos a investigar en “profundidad” lo ocurrido, en un mensaje en el que alude a informaciones “preliminares” que apuntan al origen venezolano de los fallecidos.
Caracas quiere “descartar cualquier intencionalidad relacionada a las prácticas de odio y xenofobia contra el pueblo venezolano que se han expresado en el pasado”, en la medida en que lo considera “producto de una cultura de violencia e intolerancia promovida por sectores extremistas de la política y la sociedad estadounidense”.