La ciudad de Alepo, centro económico de Siria, se convirtió hoy en el principal campo de batalla de las tropas gubernamentales y los rebeldes, que aseguraron controlar casi la mitad de los barrios de la urbe.
Con el fin de recuperar las zonas caídas en manos de la insurgencia, el régimen de Bachar al Asad ha enviado refuerzos militares a esta ciudad septentrional y recrudecido su ofensiva contra varias provincias, causando la muerte en esta jornada de más de un centenar de personas, según la oposición.
En Alepo, la segunda ciudad del país, los combates se desarrollaron principalmente alrededor de los distritos bajo dominio rebelde, entre ellos Al Sukari y Salahedín, que también sufrieron bombardeos.
Según una testigo que se identificó como Wed al Hayat, la aviación militar del régimen bombardeó el barrio de Al Mashad, mientras que helicópteros castrenses sobrevuelan el área de Salahedín.
Al Hayat, residente en Alepo, dijo por internet que hay francotiradores apostados en algunos colegios y en el edificio de la radio local, y que muchos habitantes de Al Mashad se han trasladado a lugares más seguros, en su mayoría a la residencia de estudiantes de la Universidad de la ciudad.
En ese sentido, Mayid Abdelnur, coordinador de la red opositora Sham en Alepo, indicó que los bombardeos y los combates han provocado “un gran desplazamiento de la población”, mientras siguen llegando refuerzos militares del régimen a la ciudad.
Después de que los enfrentamientos comenzaran a asolar Damasco a mediados de julio, la lucha entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) se extendió hace una semana a Alepo.
El pasado 21 de julio, el ELS en esta provincia anunció el inicio de “la operación para la liberación de Alepo de las manos de las bandas de Al Asad” .
El comandante en jefe de los rebeldes en Alepo, coronel Abdulyabar Akidi, informó hoy a Efe por internet de que los insurgentes dominan varios barrios como Al Sukari, Al Sajur, Salahedín y Tariq al Bab, lo que supone “casi la mitad de la ciudad”.
Akidi agregó que los refuerzos militares enviados por Al Asad a Alepo emplearon en su ofensiva contra los barrios de Al Sajur y Tariq al Bab artillería, helicópteros y cazas Mig 21 de fabricación rusa.
El coronel rebelde señaló que sus combatientes controlan todas las comisarías de la policía ubicadas en los barrios bajo su mando, así como un centro logístico utilizado por el Ejército para almacenar alimentos.
Debido a la ofensiva lanzada contra esta ciudad, los habitantes de Alepo sufren de escasez de pan y otros alimentos de primera necesidad, lamentó el mando castrense, que también denunció la ausencia de hospitales para tratar a los heridos.
También en Damasco se registraron enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales y bombardeos en distintas áreas, entre ellas el barrio de Hayar al Asuad y al campo de refugiados palestinos de Al Yarmuk.
En la periferia de la capital, los grupos opositores denunciaron una gran masacre en la población de Yalda, donde perecieron al menos 16 civiles, entre ellos cinco menores y cuatro mujeres, y decenas resultaron heridos debido a los intensos bombardeos.
Otras provincias castigadas por los bombardeos fueron Homs (centro), Idleb (norte) y Deraa (sur), donde en el valle de Al Agamy fueron hallados 22 cadáveres pertenecientes a civiles y rebeldes que se desplazaban a la vecina Jordania.
Además de la violencia, el último goteo de deserciones tiene en alerta al régimen de Al Asad, que acusó hoy a “países árabes” de alentarlas, después de que el miércoles el embajador sirio en Emiratos Árabes Unidos, Abdelatif al Dabag, abandonase su puesto y se uniera a las filas opositoras, como ya hizo su esposa Lamia al Hariri, que trabajaba como representante diplomática en Chipre.
El conflicto crece día a día pese a la presencia sobre el terreno de la misión de observadores en Siria UNSMIS y del subsecretario general para Operaciones de Paz de la ONU, el francés Hervé Ladsous.
Ladsous, junto al nuevo jefe de la UNSMIS, el senegalés Babacar Gaye, se reunieron hoy con el ministro sirio de Reconciliación Nacional, Alí Haidar, en un nuevo intento para reanudar la labor del contingente de observadores, que se ha reducido a la mitad tras el deterioro de la seguridad.
Entretanto, la principal coalición de la oposición siria en el exilio, el Consejo Nacional Sirio (CNS), se reúne hoy y mañana en Doha para efectuar una reestructuración interna con el objetivo de acoger en su seno a más grupos opositores.