La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) encendió las alarmas por el cercano fin del ciclo de la economía de commodities como los de hidrocarburos y minería en donde se sustenta actualmente la economía nacional.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) encendió las alarmas por el cercano fin del ciclo de la economía de commodities como los de hidrocarburos y minería en donde se sustenta actualmente la economía nacional.
El director de la CEPAL en Colombia, Juan Carlos Ramírez le dijo a Confidencial Colombia que esta alarma llega en un momento complicado de desindustrialización en donde el país debe afinar las apuestas por la innovación, el desarrollo de infraestructura y la puesta en marcha de otros sectores productivos de valor agregado que le den viabilidad al crecimiento económico y dinamismo al sector real de la economía.
“Lo que conocemos los economistas es que los boom de commodities y los auges de los precios y cantidades en los sectores mineros y de recursos naturales dura alrededor de veinte y hasta treinta años y suceden cada cincuenta años”, explicó el señor Ramírez.
Agregó que si ese comportamiento, que es el conocido, se repite en esta ocasión, el país estaría a cinco o diez años de que se terminara el actual apogeo de recursos naturales. “Eso quiere decir que nos debemos preparar y que los beneficios que hoy estamos obteniendo de ese boom lo debemos invertir en factores productivos y en capacidades productivas que sean más estables en el largo plazo.
Estimó que la producción de recursos naturales, particularmente los mineros y energéticos es limitada porque se trata de la explotación de un recurso no renovable que se agota en el tiempo.
Para el reconocido economista que participa en el Foro de Competitividad de las Américas en Cali, los dineros acopiados deben permitir potencializar la economía, es decir invertir en capital humano, infraestructura y en temas perentorios como tecnología, investigación y modernización.
En su criterio el país camina hacia una tendencia de camino diferente al del consumo común por cuanto entró en la era de la modernidad y las telecomunicaciones. En ese orden de ideas los servicios se convierten en un frente relevante, de gran acogida y potencial demanda. Esta tendencia se impone por encima de las industrias manufactureras y de transformación sin desconocer que por lo menos la innovación está muy atada a este tipo de sectores productivos.
Según Ramírez el país tiene cada vez menos industrias porque el público demanda o consume menos cosas, desplazándose a los servicios como las telecomunicaciones, los servicios, el entretenimiento, la cultura y otras ofertas.
El director de la CEPAL reiteró que con la nueva tendencia de globalización de los mercados en donde los tratados de libre comercio marcan la pauta, vendrán sin duda grandes satisfacciones sectoriales, pero el fin de las actividades para las factorías que no se modernicen ni acudan a la innovación. “Si no hay inversión y cambio para competir, apague y vámonos”.
Aclaró que la inserción en los mercados internacionales dependerá en gran medida de la estructura productiva que permita un verdadero encadenamiento de valor.
Al calificar la competitividad en Colombia, el experto afirma que el país muestra una economía mucho más dinámica que el conjunto de América Latina. Destacó todo lo atinente al progreso social, el equilibrio macroeconómico y las transformaciones institucionales que normalmente aprecia el mercado global.
Dentro de la lectura de la CEPAL, Colombia avanza cuantitativamente a peldaños importantes porque así las cosas, alcanzaría económicamente a la Argentina.
El directivo anotó que si bien Colombia cuenta con una economía diversificada, pasa por un momento en el que sus ingresos básicamente se basan en la explotación de petróleo y en la minería por lo que aseveró que es urgente seguir haciendo un contrapeso a esa tendencia porque la concentración de capital en un solo sector o una economía con oferta de pocos productos es mucho más vulnerable a los contagios o choques externos.