El yoga como método de aprendizaje, ha sido un éxito para Alexander Rubio. Él cree que la corporeidad es el ítem más importante de enseñanza porque a partir de la educación del cuerpo se pueden lograr mejores ciudadanos. Y enseña bajo el lema de ‘Cuerpo como territorio de paz’. Este profesor de educación física podría ser elegido como el mejor profesor del mundo; se desempeña, desde 1999, como docente del Colegio Rodrigo Lara Bonilla en la localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá.
Confidencial Colombia quiso conversar con este compatriota sobre su método de enseñanza con el que en pocos días irá a representar a la nación en Dubai, como uno de los mejores maestros del mundo, un elogio que nos genera un orgullo inconmensurable.
Alexander se denomina como un hombre que inspira confianza y empatía, la percepción de los demás hacia él es positiva. Los más cercanos lo ven como un hombre dinámico, proactivo y dispuesto a lograr metas imposibles. Se declara un amante de la vida, el arte y su cuerpo.
Desde que tiene memoria se encuentra en armonía y constante actividad corporal. Es cinta negra en karate, practica danza contemporánea y artes escénicas. Destaca su amor por la docencia, con lo cual logra conectar de manera empática con sus estudiantes. Hoy está entre los 50 mejores profesores del mundo. Este 18 de marzo espera regresar de Dubái con el Global Teacher prize, equivalente al Nobel de los maestros.
Es docente desde 1999 en el colegio Rodrigo Lara Bonilla, el cual se encuentra en la localidad de Ciudad Bolívar, en medio de un ambiente hostil donde la drogadicción, la delincuencia y el narcotráfico atentan con arrebatarle buenos ciudadanos al país.
El bogotano de 43 años, reunió a un grupo de estudiantes para romper el récord Guinness de la clase de yoga más larga con 36 horas.
¿Cómo es el método de enseñanza que emplea?
Trabajo desde el área de educación por medio de técnicas somáticas, desde la noción de corporeidad y específicamente usando el yoga, la expresión y percusión corporal.
¿Cuáles resultados ha tenido con esta metodología?
Hemos logrado unos resultados exitosos. Por medio de este modo de enseñanza, los niños han mejorado y son más conscientes en la relación consigo mismos y con el resto. Además, algo rescatable son los resultados a nivel colectivo fomentando el trabajo en equipo, el respeto, la convivencia, tolerancia y participación.
¿Qué impacto tiene su nominación en la educación colombiana?
Estar entre los 50 mejores profesores del mundo es un logro demasiado bueno porque estamos reconociendo el cuerpo como territorio de paz, le estamos quitando ese estigma de la educación pública como ambientes de violencia y que podemos hacer procesos que cambien la vida de los estudiantes y la comunidad.
Concretamente ¿cómo logra conectarse con los estudiantes?
Mi método se basa en tres conceptos: Alteridad, otredad y la empatía. Nos conectamos desde el cuerpo a partir de asanas, son posiciones del cuerpo donde se involucran la flexibilidad, control, respiración y equilibrio. Pero más que una posición como acción corporal, es asumir una posición ante la vida. Cuando se realiza una posición corporal, también puedo tomar postura y decir no ante situaciones de violencia, conflicto o al ofrecimiento de drogas. Hacemos ejercicios de consciencia para tener una relación acorde con los otros y disminuir los índices de violencia.
Les hacemos entender sobre la importancia de tener una relación armoniosa y respetuosa, el respeto al cuerpo y al entorno.
¿Qué es lo que más le enorgullece de su vocación?
El hecho de que el estudiante ahora sale con la mentalidad de ser profesionales. Tengo la suerte de que 40 alumnos que tuve ya son licenciados y me dicen: “Profe queríamos seguir sus pasos y ayudarle a la sociedad”.
¿Cree que hay falencias de la metodología de enseñanza en Colombia?
Sí, como considerar élites algunas áreas. Es decir, creer que solo las matemáticas y las ciencias son importantes y desconocer otras más esenciales como las áreas del cuerpo y el arte, estas son mucho más importantes y cruciales para la forma de vivir, sin desconocer las demás. Todos los conceptos matemáticos se forman desde el cuerpo, la relación social también. Lo primero que uno debe educar es la corporeidad, todos esos trabajos de sensibilización desde el arte y cuerpo crean estudiantes más honestos y prestos para aprender de una manera más paulatina otras áreas.
Hay que trabajar en el desarrollo de la inteligencia emocional, la resiliencia y lo más importante ahora en el marco del posconflicto, educar para la paz. Ver el cuerpo como territorio de paz.
¿Cómo se enteró que estaba entre los 50 finalistas para ganar el Global Teacher prize?
Fue una sorpresa. Estaba con mi familia de vacaciones e iba hacia una zona de Cundinamarca, me sonó el teléfono y se me hizo raro porque era un número con demasiados dígitos. Contesté, me dijeron que era uno de los 50 finalistas y no sabía si creer o no. Lo creí a las dos horas cuando me llamaron de El Tiempo avisándome también, ahí quedé más emocionado y luego me llamaron de más medios.
¿Qué mensaje le deja a los demás docentes del país?
Que este no es solo un reconocimiento para Alexander Rubio sino para todos los docentes colombianos. Que amemos nuestra profesión y nos apasionemos por la docencia. Otro ítem es tratar de ser felices porque si lo somos le transmitimos eso al estudiante.
El mensaje que le quiero dejar a los colombianos es que con un abrazo una sonrisa uno puede cambiar el mundo.
El Global Teacher Prize tiene sede en Londres. Es celebrado en Dubái y más de 20.000 docentes de 169 países se postularon. Para determinar quién gana tienen en cuenta el trabajo comunitario, reconocimientos previos y trayectoria en el ámbito educativo.