Arrancó el Cónclave Uribista

A pesar de que se citó a las 7 de la mañana al pabellón 8 de Corferias, no fue sino hasta las 11 am que los asistentes a la primera convención del Uribe Centro Democrático ingresaron al centro de convenciones. Más de dos mil personas, entre delegados, invitados, candidatos y equipos de campaña, hicieron presencia para elegir al candidato presidencial de la colectividad uribista.

Con casi cuatro horas de retraso, ingresaron al pabellón 8 de Corferias, los más de dos mil asistentes al evento. Delegados de los tres precandidatos presidenciales de todas partes del país llegaron a Bogotá para elegir al representante del naciente partido.

La presencia del expresidente Uribe, José Obdulio Gaviria y los precandidatos, Francisco Santos, Óscar Iván Zuluaga y Carlos Holmes Trujillo, hizo que los ánimos se exacerbaran y que las arengas a favor de cada candidato retumbaran en el pabellón de Corferias.

A medida que la ansiedad aumentaba y el tiempo corría, la desesperación se hizo presente entre los delegados e invitados que no podían acreditarse. El desorden en las filas se hizo notorio a tal punto que el expresidente Uribe salió buscar las mesas de acreditación para organizar la tarea.

Uribe llegó al extremo de poner una mesa en la que él mismo se encargó de organizar la entrega de acreditaciones para los invitados sin voto. La tensión empezó a hacer mella hacia el mediodía, presentándose una discusión entre el precandidato Carlos Holmes Trujillo y el exmandatario, ya que el primero insinuó que a sus delegados no se les estaba teniendo en cuenta. La respuesta de Uribe no se hizo esperar y gritando, fue enfático en que él no estaba direccionando la votación.

Bordeando la una de la tarde, el acto inaugural no se había instalado con lo cual la primera jornada de votación en la convención del Uribe Centro Democrático puede darse hacia el final de la tarde o comienzo de la noche.

Aún restan 36 horas para que el futuro del uribismo como corriente política se empiece a decidir. Por ahora solo queda un pabellón lleno de personas ansiosas por escuchar a su líder y por votar para decidir quién llevará las banderas del uribismo en la próxima contienda electoral.