El número de víctimas mortales del incendio ocurrido en la madrugada de hoy en la discoteca Kiss, en la ciudad brasileña de Santa María, asciende a 245 en tanto que el de heridos llega a 48, según el último boletín de la policía.
Las cifras fueron divulgadas por el comandante del Batallón de Operaciones Especiales de la Policía Militarizada del estado de Río Grande do Sul, mayor Cléberson Bastianello, en una rueda de prensa en el Centro Deportivo Municipal, adonde los cuerpos fueron trasladados para su identificación.
El oficial explicó que las tareas de remoción de los escombros de la discoteca fueron concluidas y que todos los cadáveres encontrados en el local fueron trasladados al Centro Deportivo Municipal.
Según Bastianello, además de los cadáveres que ya llegaron al gimnasio, otros seis están en hospitales a los que fueron conducidos tanto en Santa María como en otras ciudades de Río Grande do Sul, estado del sur de Brasil fronterizo con Argentina y Uruguay.
Los bomberos y la policía aún trabajan en los escombros para tratar de establecer las causas de la tragedia.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, canceló su agenda en Santiago de Chile, en donde participaba en la Cumbre Celac-UE y anunció su inmediato viaje a Santa María para prestar solidaridad personalmente y ofrecer la ayuda posible.
En la discoteca escenario de la tragedia se realizaba una fiesta de los estudiantes de diferentes facultades de la Universidad Federal de Santa María con la presentación de bandas musicales.
La policía aún no ha podido establecer cuántas personas estaban en el establecimiento en el momento de la tragedia, pero diferentes versiones indican que el número era entre 1.000 y 2.000.
En el gimnasio al que fueron trasladados los cadáveres fue instalado un Comité Gestor de Crisis para ofrecer apoyo a los familiares y amigos de las víctimas.
Según algunos testigos, el fuego comenzó hacia las 2.30 hora local, cuando el cantante de la banda que se presentaba usó una luz de bengala para ofrecer un espectáculo pirotécnico y las chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo del establecimiento.
Las llamas y la humareda provocaron pánico entre las personas que estaban en la discoteca y una correría hacia las puertas de salida, en donde algunas murieron pisoteadas.
Según el comandante del Cuerpo de Bomberos de Río Grande do Sul, coronel Guido de Melo, algunos testigos dijeron que los guardias del establecimiento inicialmente cerraron las puertas para impedir la salida de personas sin pagar.
La dificultad en la evacuación causó numerosas muertes por asfixia.
“La mayoría terminó muriendo por asfixia, por la inhalación de los gases tóxicos, y muy pocos por quemaduras. Lo que provocó la tragedia fue el uso de un artefacto no autorizado, el pánico, la inhalación de humo tóxico y la puerta cerrada”, afirmó el oficial.
Con EFE