En el municipio de Magdalena se desarrolla el sepelio de 29 de los 33 niños que murieron tras incendiarse el bus en el que se transportaban el pasado 18 de mayo. Familiares y visitantes levantan flores y banderas blancas durante la conmemoración.
En una caravana con carros fúnebres se lleva a cabo el sepelio colectivo de 29 de los 33 niños que fallecieron al incinerarse el bus en el que viajaban y que, según reportes de las autoridades, explotó debido a una falla mecánica del vehículo y una imprudencia del conductor.
Los cuatro cuerpos restantes no hacen parte del evento, pues uno será trasladado a Venezuela, otro a Ciénaga, uno ya fue enterrado en el cementerio San Rafael de Fundación y el último se trasladó a Aguachica. El luto es acompañado por los familiares de las víctimas y un grupo de uniformados. Asimismo, de varios puntos cercanos han llegado personas para despedir a los menores con banderas blancas.
Los féretros llegarán hasta barranquilla –el mismo lugar donde se realizó la identificación de los pequeños- y luego se procederá a consumar la velación. Al término de la ceremonia los cuerpos serán sepultados en un cementerio de Fundación que aún no se ha inaugurado y que lleva de nombre “Parque Cementerio Ángeles de Luz”, indicó a medios locales Luz Stella Durán, alcaldesa del municipio.
Si bien el homenaje pone punto final al fatídico episodio, la Fiscalía aún ejecuta la búsqueda de Alfredo Esquela, propietario del bus, quién según el órgano investigador es un prófugo de la justicia ya que hace poco más de una semana no responde a las citaciones. La investigación convoca al dueño del vehículo a que explique su presunta orden de haber permitido la salida de un vehículo que él mismo sabía que presentaba delicadas fallas mecánicas.
