El avión presidencial Air Force One, aterrizó en el Aeropuerto Internacional José Martí, sobre las 15:50 hora local.
Obama descendió de la aeronave acompañado por su esposa Michelle, sus hijas Malia y Sasha y su suegra Marian Robinson. La familia presidencial fue recibida por el canciller cubano Bruno Rodríguez, y conducida en un vehículo hacía la Embajada estadounidense en La Habana.
Llegó el día de volver a Cuba
Más de 1.500 periodistas de unos 50 países llegaron a Cuba para informar de la histórica visita del presidente de Estados Unidos Barack Obama, quien llegó este domingo a La Habana en visita oficial. En total, unos 400 medios de todo el mundo se encuentran ahora en La Habana para seguir los pasos de Obama, el primer mandatario norteamericano en activo que llega a la isla en 88 años.
El líder demócrata quedará en la historia como quien se atrevió a abrir un nuevo capítulo en las relaciones con La Isla. Sin embargo, Obama no fue el primero en intentarlo. Durante más de medio siglo, otros hicieron el intento, todos bajo la misma consigna: discreción.
La agenda de este primer día de Obama en La Isla, ya incluyó una visita a la Embajada de Estados Unidos y un paseo por la Habana Vieja, con recepción en la Catedral de la ciudad por el Cardenal Jaime Ortega.
El lunes 21, el presidente visitará el Monumento a José Martí y se reunirá con empresarios. Se reunirá con el presidente Raúl Castro y cenará en Palacio de la Revolución. La última jornada incluirá un discurso histórico al pueblo cubano, en el Gran Teatro de la Habana y una reunión con representantes de la sociedad civil y de la disidencia cubana. Obama también asistirá al partido de exhibición entre la selección cubana de béisbol y los Tampa Bay Rays.
Importancia histórica
En 1928, Calvin Coolidge, presidente de Estados Unidos entre 1923 y 1929, zarpó en un barco de guerra desde Key West, después de haber manejado su propio vehículo desde Miami hasta uno de los cayos del sur de la Florida. Coolidge se dirigía a la sexta Conferencia Panamericana, que se realizó entre el 16 y 18 de enero en La Habana. Esta fue la última visita de un presidente de Estados Unidos a territorio cubano.
En todos los 88 años posteriores, pese al bloqueo y las declaraciones altisonantes, subyace otra realidad: misiones de exploración, contactos discretos y manos tendidas en vestíbulos de hoteles, salas de espera de aeropuertos y hasta en el Vaticano.
Tras la llegada al poder de Fidel Castro y los ‘barbudos’ en 1959, Cuba fue siempre un tema políticamente extremadamente sensible en Estados Unidos. Sin embargo, y gracias a la ayuda de terceros países (México, España, Brasil, Canadá) e incontables intermediarios (asesores, empresarios, y también periodistas y escritores), los intentos de acercamiento jalonaron la historia de las relaciones cubano-estadounidenses.
Incluso en 1962, tras la crisis de los misiles soviéticos en la isla, incidente que estuvo a punto de desembocar en un conflicto nuclear mundial, el presidente John F. Kennedy exploró la posibilidad de un acercamiento, esperando sacar provecho de la furia de Fidel Castro con la Unión Soviética, que había decidido retirar los misiles sin consultarlo. “Kennedy consideró que podía ser la ocasión para que Cuba saliera de la órbita soviética”, dice William LeoGrande, de la American University, y coautor del libro “Back Channel to Cuba”, que aborda el asunto. JFK entregó personalmente al periodista francés Jean Daniel, en 1963, un mensaje para el “Líder Máximo”.
El periodista, con la singular misión de mensajero, se reunió como estaba previsto con el padre de la revolución cubana. “Ambos dirigentes parecían listos para alcanzar la paz”, contaría Jean Daniel. Pero el mismo día de la entrevista, el 22 de noviembre de 1963, Kennedy fue asesinado en Dallas, Texas. Todo se desplomó. Lyndon Johnson, quien sucedió a JFK en la Casa Blanca, no quiso seguir por ese camino.
Más adelante, a mediados de los setentas, bajo la presidencia de Gerald Ford, el secretario de Estado Henry Kissinger buscó, bajo el mayor secreto, normalizar las relaciones diplomáticas rotas en enero de 1961. Pero la intervención de las fuerzas armadas cubanas en Angola en 1975 para apoyar al Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA, hoy en el poder) echó por tierra la tentativa.
El presidente Jimmy Carter, tras llegar al poder, ordenó en 1977 el lanzamiento de negociaciones para normalizar los lazos con La Isla. Litigios marítimos, de pesca, contactos diplomáticos: durante los primeros meses, las líneas ardían. “Siempre tengo una alta opinión de Carter, un hombre honorable, de ética”, dijo Fidel Castro años más tarde. “Carter era un hombre que quería arreglar los problemas entre Estados Unidos y Cuba”.
El 17 de diciembre de 2014, el anuncio de un acercamiento hecho por el presidente Obama, tomó a todo el mundo por sorpresa. En 18 meses de negociaciones ultrasecretas no hubo una sola filtración a la prensa. Los críticos dicen que Obama, ha emprendido una misión imposible.
Su visita de Estado de dos días está diseñada para empujar a los líderes comunistas de Cuba a acelerar la reforma de la economía estatal de la isla y a abrir las puertas a la libre empresa con el fin de mejorar las condiciones de vida de la población cubana. Son épocas confusas para muchos cubanos, tanto para los 11 millones de habitantes de la isla como para los dos millones de exiliados cubanoamericanos en los Estados Unidos.