Precisamente el día en el que se ha producido el ataque a civiles más sangriento, el presidente de EE.UU, Joe Biden, acaba de anunciar un envío a la resistencia ucraniana de otros 800 millones de dólares en armamento militar. Este miércoles, según informan agencias internacionales, se produjo un importante bombardeo Mariúpol, ciudad asesidada y muy castigada por las artillería rusa. El más grave según informó Serhiy Orlov, teniente de alcalde de la ciudad ucraniana, es sobre el teatro de la ciudad, precisamente en el momento que se refugiaban entre 1.000 y 1.200 civiles. Aún se desconoce el número de víctimas, pero se espera que sea elevado porque en palabras del propio presidente Volodimir Zelenski, el Teatro quedó prácticamente destruido.
Pocos minutos después, Joe Biden, después de conversación con Zelenski, anunció el envío inmediato de 800 millones de dólares, que se emplearán en armamento. Se trata de una escalada en el conflicto por parte de Estados Unidos, ya que, entre los sistemas de defensa que recibirá el asediado Gobierno de Ucrania se encuentran misiles antiaéreos de largo alcance y aviones no tripulados (drones) que serán destinados tanto a tareas de espionaje y reconocimiento como de ataque contra las fuerzas rusas.
La posible bancarrota de Rusia
Biden, sin embargo, se negó categóricamente a acceder a las demandas formuladas por el presidente ucraniano, qu e ante el Congreso de EE.UU solicitó la entrega de aviones y el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre su país en la que no puedan volar aviones ni misiles rusos. Con este nuevo cargamento de armas, Estados Unidos habrá aprobado el envío a Ucrania de equipos militares por valor de 1.050 millones de dólares solo esta semana, ya que con anterioridad Washington había decidido mandar armas por 250 millones más. Otro material que Biden anunció que recibirán los ucranianos, aunque ocupe menos titulares, es igualmente significativo: más de 25.009 uniformes y sistemas y equipos para procesar y obtener inteligencia en el campo de batalla.
Aunque el presidente ruso, Vladímir Putin, insiste en que en la guerra contra Ucrania los civiles no son un objetivo, la realidad es muy distinta. Los ataques contra ellos, bien en hospitales, escuelas, guarderías o edificios de viviendas se ha convertido en una constante en el territorio ucraniano.
En la cola de la panadería
Horas antes se había producido otro ataque contra civiles. El Servicio Estatal de Comunicaciones de Ucrania informó que al menos diez personas habían muerto a causa de un ataque de las fuerzas rusas contra un grupo de personas que se encontraban haciendo cola para comprar pan en la ciudad de Chernígov. “En Chernígov, las tropas rusas dispararon contra las personas que hacían cola para comprar pan: al menos 10 muertos”, señaló el gobierno ucraniano en un mensaje difundido a través de su cuenta de Twitter, donde muestra un vídeo en el que se pueden distinguir varios cadáveres. “No importa cuánto tiempo pase, nunca perdonaremos ninguna de las víctimas ni ninguna de las gotas de sangre derramadas por esta guerra loca. Nunca perdonaremos y nunca olvidaremos”, cierra el comunicado.