Cali se estrella contra el arco de Bucaramanga

Los azucareros demasiadas ocasiones claras ante la portería de Bava, que salió como el héroe de la noche con trece paradas monumentales. Preciado queda como el señalado de la noche con tres ocasiones claras para dar el pase a los suyos. Guevgeozián no se apiadó en la única que tuvo y acaba matando las aspiraciones de los caleños.

Nadie entiende aún como Cali no salió victorioso del duelo en Palmaseca. El conjunto azucarero penó en la definición como pocas veces se recuerda. La delantera fue una escopeta de feria de cara al arco rival donde se erigió un colosal Bava que salió como el héroe de la noche. Se cumplió la ley que dicta el fútbol en la que si perdonas acabas pagándolo. Bucaramanga salió triunfador gracias a un gol de Guevgeozián cuando el Cali estaba volcado en campo contrario, desesperado viendo como sus ocasiones una y otra vez se daban de bruces contra el portero leopardo.

El partido fue claramente de los verdes pero al final el marcador dicta sentencia y los azucareros fueron incapaces de hacerle un gol al arco iris. Preciado salió como el señalado de la noche. Falló tres mano a mano claros, en tres regalos que le dejó que a placer la defensa de Bucarmanga. Cali remató hasta en quince ocasiones el arco de Bava. El inconmensurable arquero atajó trece de ellas, algunas también gracias a la falta de puntería de la ofensiva caleña. Solo Aquivaldo logró batirle con un remate impecable en un balón botado en un córner.

Los leopardos salieron con una defensa de cinco conocedores del bombardeo que se les avecinaba. Bombardeo que llegó pero sin un objetivo fijado, desestructurado desde su creación. Cali se volcó en ataque con más desesperación que inteligencia. Faltaba juego interior para desestabilizar la muralla que de por sí ya tenía bastantes agujeros. El principal por la derecha donde abusó un Cali que encontró a un inspirado Sambueza, pero el atacante argentino también estuvo acelerado en sus definiciones como el resto del equipo. Sin conexión entre líneas, Preciado y Lloreda quedaban demasiado expuestos al cuerpo con los defensores, siempre recibían con una sombra al lado. Aunque en muchas de ellas salían beneficiados ante la fragilidad de estos.

Los minutos pasaban y Cali no encontraba el gol de la clasificación. Salieron Benedetti y Ronnie Fernández pero la pólvora seguía mojada para los azucareros. Quién perdona lo acaba pagando y en una jugada aislada donde le llegó el balón a Guevgueozián en medio del área significó la sentencia de los de Yepes. El delantero uruguayo internacional con Armenia hizo valer sus habilidades de nueve de área y le ganó la batalla en el duelo a Aquivaldo. Parece mentira que el defensor de Apartadó no se impusiera por experiencia y cuerpo pero quedó retratado por la picardía del delantero leopardo que no perdonó con una volea ajustada al palo.

El tanto liquidó las esperanzas del Cali, impotente ya ante el resultado que lo eliminaba a las primeras de cambio. Le había caído el cuadro fácil, prácticamente una autopista a la final, pero no fueron capaces de vencer a un Bucaramanaga bastante inferior en cuanto a nómina. Como el fútbol no entiende ni de escudos ni de plantillas, acabó dando como triunfador de la noche a los leopardos, que se enfrentarán en la siguiente ronda de semifinales a un Tolima que superó por penaltis al digno debutante en play-offs Patriotas.