Campo Rubiales y su proveedor local de carne

Duflo S.A. suscribió un contrato con la Asociación de Ganaderos del municipio de Puerto Gaitán (Asmecopgan), para adquirir mensualmente 5.000 kilos de carne fina por un monto que supera los 55 millones de pesos. Este esfuerzo con el ánimo de entregar diariamente comida fresca, caliente y bien preparada a más 6.100 personas en la mitad del Llano.

Dulflo, es una empresa colombiana y casanareña especializada en la prestación de servicios petroleros de catering, alimentación y administración hotelera. Los requisitos y protocolos en el manejo de alimentos son estrictos para así prestar un excelente servicio. Sus obligaciones van de cumplir normas de Invima hasta con Hazard, por ello la compañía tiene su centro de acopio y distribución en Bogotá.

José Cotrino, director del departamento de cárnicos de Dulflo, señala que compran ganado de a pie en las regiones del Meta y Casanare la transportan a Bogotá para el sacrificio y procesamiento de la carne, a su vez enfatiza que, “sería inmanejable comprar la carne en las 52 famas que existen en Puerto Gaitán, por motivos de sanidad y cantidades, pues las normas Hazard nos obliga a comprar en plantas de sacrificio de primer nivel tipo exportación”.

Asimismo, la compañía es consciente que tienen la responsabilidad de cumplir con los protocolos de higiene y calidad pactados con los clientes y de los alimentos que se entreguen en el campo. Por eso, “la parte más complicada para desarrollar negocios con los expendedores pequeños es que sacrifican en mataderos que no son de primer nivel y que no manejan cadena de frío”, señala Cotrino,

Para garantizar inocuidad y calidad, Duflo compra directamente a cebadores reconocidos, previa visita de inspección para verificar que es ganado sano, en la modalidad potrero/báscula. De ahí en adelante la trazabilidad del producto y la cadena de frío la maneja la compañía. El 80% de las compras corresponde a carne cebú comercial, que es una carne magra porque la grasa es más periférica, que se empaca al vacío y se madura. Se trata de ganado de primera, que corresponde a animales entre tres y tres años y medio de edad, con un peso en Bogotá entre 480 y 500 kilos, que deja en canales unos 280 kilos y que se convierte en unos 210 kilos de carne. El resto son subproductos como hueso, piel, vísceras, etc.

Sin embargo, pequeños productores sueñan con convertirse en proveedores de empresas más grandes, que les brinden ingresos estables y compromisos de compra para desarrollar su negocio a mediano y largo plazo. Pero, aterrizar estos sueños significa compromiso, inversión y cumplimiento, pues los clientes grandes, por requisitos legales y seguridad, requieren suministro de bienes de calidad, a precio competitivo y en grandes volúmenes. Por este motivo, aunque sería ideal que las grandes compañías se abastecieran con proveedores locales, en muchas regiones no existe el conocimiento ni la base productiva para atender la demanda de manera satisfactoria.

Puerto Gaitán que es el área de de influencia del campo de Rubiales, sea ha adelantado un programa en desarrollo de proveedores locales para poder incorporar a productores de la región en su cadena de abastecimiento y en la de sus aliados estratégicos.

Un ejemplo de esto es Neblinas, un negocio de agua con planta en Puerto Gaitán, que actualmente abastece el 40% de las necesidades de Duflo y está incursionando en el mercado de Puerto López y Villavicencio. Pero una cosa es adquirir un producto como el agua, relativamente fácil en su control, y otra muy diferente adquirir perecederos críticos como la carne, que deben cumplir requisitos estrictos de inocuidad y cadena de frío para garantizar la salubridad de los comensales.

Para compañías como Duflo, que tienen puestos de atención y consumo en diversas partes del país, realizar abastecimiento 100% local sería muy costoso porque tendría que adquirir los productos a precios de cada sitio, y perdería los beneficios de economía de escala que se obtienen por la negociación de grandes volúmenes.

Sin embargo, la compañía tiene como política de responsabilidad social el abastecimiento local con productos que cumplan en términos de inocuidad, calidad y cantidad, aunque no siempre se alcancen precios competitivos. “Nuestra política corporativa incluye comprar ganado en pie en la zona de influencia de nuestros clientes y contratar mano de obra no calificada en las regiones donde operamos. Y para cumplir este objetivo, tenemos que hacer transferencia de conocimiento y acompañamiento en el desarrollo de esos proveedores locales. De esta forma, el personal Duflo se convierte en multiplicador de conocimiento en las diferentes regiones”, agrega Cotrino.

Y eso ocurrió con los productores de carne de Puerto Gaitán que hacen parte de Asmecopgan. Aparte del compromiso de comprar 5.000 kilos de carne mensual, representados por un cupo de 30 animales vivos mensuales, y que tiene valor cercano a los 55 millones de pesos, Duflollegó a un acuerdo con los ganaderos para recibir la carne tal como ellos la despachan desde Bogotá.

“Nosotros les compramos el novillo compensado, empacado al vacío, y la costilla sin hueso, congelado y en cajas de cartón. A ellos les explicamos todo el negocio de maquila de ganado, los ayudamos con todo el proceso de acercamiento con el matadero de Villavicencio y les hicimos recomendaciones sobre el tipo de ganado que deben enviar. Ellos han recibido toda la asistencia de nuestra parte, porque creemos que eso es un elemento importante para lograr bienestar y equidad social, pues la gente de la región tiene expectativas de que la riqueza no solo pase, sino que también se quede allá”, afirma Cotrino.

Para Duflo, desde el punto de vista comercial, sería mejor seguir matando en Bogotá, pero la compañía entiende la justificación social de que los comerciantes locales también hagan sus negocios. “Si de los 50 comerciantes que fueron a la visita, uno o dos deciden invertir en el negocio con cuartos de frío, empacadoras de vacío, y los elementos que se requieren para un procesamiento óptimo del ganado, ellos se pueden convertir en el punto central de acopio para las empresas y negocios que lleguen a Puerto Gaitán y que requieran carne fina madurada”, sostiene Cotrino. Al fin y al cabo hay cliente para todo: el que le gusta ver la carne colgada y el que le gusta la carne en bandeja empacada al vacío y refrigerada.