Gustavo Adolfo Álvarez Téllez, conocido con los alias de Tavo o Gordo, señalado de ser uno de los cabecillas en la región Caribe del grupo ilegal Clan del Golfo, escogió al Retiro de los Indios, un corregimiento del municipio de Cereté en Córdoba para esconderse de las autoridades.
Los vecinos de la finca en donde vivía nunca pensaron que una de las personas más buscadas por las autoridades, por quien se ofrecía una jugosa suma de dinero (580 millones de pesos), estaba a unos cuantos pasos, en una de las casas cercanas en donde no solo habían caballos de paso fino, sino además piscina, jacuzzi, ganado de raza y demás lujos que para el lugar resultan bastante exóticos.
Las autoridades le dieron captura en medio de la parranda donde hubo mariachis, con distintas agrupaciones musicales, en la que participaron varios familiares en plena cuarentena. La presencia de carros de alta gama evidenció un movimiento inusual en la zona. Sin embargo, los pobladores indicaron a las autoridades que desconocían sobre la presencia de alguna persona solicitada por las autoridades en la zona.
En el operativo participaron miembros de la Policía, la Fiscalía General de la Nación y la DEA, que le venían haciendo seguimiento desde hace varios meses.
Gustavo Adolfo Álvarez Téllez inició su actividad criminal en el año 1990 como parte de las autodefensas paramilitares del Magdalena Medio, al mando de Ramón Isaza y con el paso de los años se trasladó a Cartagena donde trabajó como sicario de Diego Vecino y alias Juancho Dique, comandantes del bloque Montes de María.
Alias Tavo participó en el año 2005 en Medellín en la organización denominada La Oficina, bajo el mando de Maximiliano Bonilla, alias Valenciano.
Fue capturado en mayo de 2012 por la Policía Antinarcóticos y extraditado a Estados Unidos, donde cumplió dos años de condena y posteriormente regresó al país, desde donde continuó con su vida delictiva, enviando droga a los mercados internacionales.