Este domingo 28 de febrero el director Ciro Guerra, la productora Cristina Gallego, el actor natural indígena Antonio Bolívar (Tafillama) y el estadounidense Brionne Davis caminaron por el tapete rojo a su ingreso a la ceremonia de los Premios Óscar, como nominados a Mejor Película Extranjera. Colombia entera desfiló con ellos.
Ciro fue la representación de la Costa Norte Colombiana, Cristina del interior del país, Don Antonio de los pueblos indígenas y Brionne de los extranjeros que cada año descubren un país mágico para luego convertirse en embajadores de Colombia ante el mundo y en este caso ante la industria de la cinematografía mundial que hoy tiene los ojos puestos en este país de Suramérica gracias a esta cinta en blanco y negro rodada en el Amazonas colombiano.
La prensa nacional e internacional previo a la gala, analizó desde todos los ángulos posibles la cinta colombiana: desde lo antropológico, lo cinematográfico, lo social, lo económico y hasta desde el punto de vista de la moda.
De este último aspecto hay que decir que tanto Ciro Guerra como Don Antonio lucieron diseños del colombiano Álvaro Reyes, por encima de todas las propuestas de grandes casas internacionales que ofrecieron vestirlos. Cristina por su parte llevó un vestido de Julia Gallego diseñadora radicada en Nueva York y una de las orgullosas hermanas de la productora.
El diseño del que Cristina solo anticipó es de color azul lo acompaó, por iniciativa de Marca País, con un juego de collar, aretes, anillo y brazalete inspirados en la naturaleza de nuestra selva amazónica, hilados en filigrana por las manos de artesanos de nuestra región mompoxina, encabezados por Jossimar Acuña, un artesano de Santa Cruz de Mompóx.
Llevó además una cartera de macramé decorada con piedras, elaborada por mujeres que se encuentran privadas de la libertad en la cárcel de San Diego en Cartagena de Indias. Esto también fue una sugerencia de Marca País que encomendó a la Fundación Puntadas de Libertad la elaboración del accesorio.
Esta fundación contribuye a la generación de condiciones de trabajo digno para las mujeres recluidas en este lugar, a la resocialización, a la defensa y mantenimiento económico de la familia, así como a conseguir la rebaja de penas por el trabajo, promoviendo la capacitación y el fomento al respeto y a la solidaridad.
Después de la ceremonia de premiación, y se lleven o no la estatuilla que sería recibida en el escenario en caso tal por el director y un acompañante (al momento de abordar el vuelo a Los Ángeles el pasado miércoles, no se había definido quien sería, como tampoco se había decidido el discurso) tienen programada una fiesta privada junto a la comitiva de más de 20 personas, conformada en su mayoría por los directores de departamentos del rodaje de la película. “No nos vamos a colar en ninguna fiesta porque tendremos la nuestra en una casa hermosa que nos prestaron”, aseguró Cristina.
Aunque la verdadera celebración por obtener el Oscar o por haber tenido el honor de pertenecer al grupo de nominados, será en Cartagena durante el FICCI donde Ciro dictará una clase magistral dirigida a los realizadores asistentes sobre su universo cinematográfico.