Hasta el 9 de mayo se puede ver en NC-arte el despliegue tecnológico que la artista Clemencia Echeverri utilizó para crear la obra Nóctulo, una de las más imponentes que ha realizado en sus más de 15 años de carrera. Con una videoinstalación de monumental magnitud y una serie de dibujos en gran formato, Echeverri, genera una cadena de sensaciones alrededor de la vida y la muerte, la naturaleza y el optimismo por el futuro.
Clemencia Echeverri –quien fue invitada a Arco Madrid y participó en la Cumbre de Arte y Cultura de Bogotá- tuvo carta abierta para intervenir, de la forma que ella deseara, todo el primer piso de la casona que alberga NC-arte, un espacio dedicado al arte contemporáneo en el corazón del barrio La Macarena en Bogotá.
El resultado de varios meses de trabajo fue el montaje de un inmenso cubo, en el cual, a través del vídeo se muestra una sucesión de imágenes. El espectador, al recorrer los cuatro lados de esta obra, se convierte en un testigo de lo que allí pudo ocurrir. Las imágenes van contando la historia de la violencia que sacudió una casa en medio del departamento de Caldas en la época en la que los paramilitares eran dueños de la zona.
Hoy en día esa casa solo habitan los murciélagos y los recuerdos de quiénes de allí salieron a la fuerza. Los sonidos emitidos por los animales se toman el espacio y el vacío parece estar presente; de repente, comienzan a caer lo que parece ser millones de semillas y su ruido hace desaparecer a los murciélagos. Pero los mamíferos voladores están allí más presentes que nunca, pues ese es el murmullo lo produce su excremento al caer, deposición que es uno de los abonos más potentes del mundo animal. Una alusión al renacer de una zona, la vida y las sonrisas tras malos momentos. Es el retorno al equilibrio.
A la enorme estructura en vídeo la acompañan unos dibujos en gran formato que resaltan las formas naturales que los murciélagos han ido construyendo en sus años de invasión del que es ahora su hogar. Las líneas, en su mayoría en blanco y negro, pero con rojos que resaltan a la vista están acompañados de frases que han dicho los habitantes de Caldas que en algún momento fueron tocados por la violencia; su obra es un batazo a la falta de memoria sobre el conflicto y la actualidad colombiana.