Un 20% de los alumnos de este centro de educación infantil, primaria y secundaria es de origen extranjero, y para facilitar su adaptación, el director retiró los crucifijos de las aulas.
Un colegio del municipio milanés de Rozzano (norte de Italia) canceló las fiestas navideñas con el objetivo de favorecer la integración y no ofender a los alumnos de otras culturas, una decisión que ha suscitado la polémica en el país. Se trata del colegio Garofani. Según informaron ayer los medios, su director, Marco Parma, ha presentado su dimisión y hoy deberá explicar su decisión ante la consejería de Educación del gobierno regional de Lombardía.
También abordó la cuestión la ministra de Educación, Stefania Giannini, que en un artículo publicado este domingo en el mismo diario, reclamó que “nuestra escuela debe transmitir valores”. Giannini llama a “proyectar una escuela diferente y más fuerte, plural y unida, capaz de entablar un diálogo, un recíproco conocimiento y un debate constante, cotidiano”.
“Eso significa valorar los símbolos de tal identidad y no esconderlos, sean estos laicos o religiosos. El belén ya no es un símbolo de poder por derribar o defender (…). Es el signo de una historia plural, en la que se inscriben otras historias, dignas de conocimiento y respeto”, señaló la ministra.
La alcaldesa de Rozzano, Barbara Agogliati, intervino para recordar que la Navidad es “una fiesta fundamental” para todos los italianos y criticó a la dirección del colegio que, en su opinión, con su decisión ha conseguido lo contrario de lo que se proponía: “Crear divisiones“.
También ha intervenido el líder del partido ultraderechista Liga Norte, Matteo Salvini, quien ha anunciado que este lunes protestará ante la escuela y repartirá belenes entre los niños. “Bajo mi punto de vista, directores y profesores que cancelan la Navidad, una fiesta de alegría y paz, deberían cambiar de profesión”, opinó en su perfil de Facebook.