Colombia cerró el 2016 con una cifra de cero asesinatos de periodistas: FLIP

Celebrando el día de los periodistas, la Flip (Fundación para la Libertad de Prensa) publicó un informe, el cual afirmó que ningún periodista colombiano fue asesinado durante el año pasado. Dentro del contexto latinoamericano para ejercer periodismo, la nación más peligrosa es México, que en 2016 registró 11 periodistas asesinados por temas relacionados al desempeño de su profesión.

Sin embargo, esa alentadora cifra dista de ser un parte de tranquilidad para los profesionales de la comunicación en nuestro país, pues otra parte del documento reveló que en Colombia, durante el año 2016 se presentaron 216 ataques contra la prensa, que dejaron un total de 262 víctimas.

Por primera vez en siete años, no le quitaron la vida a ningún reportero por causas asociadas a su oficio. Lo anterior, se debe a que las presiones, amenazas, obstáculos y agresiones en general se han incrementado. Lo que significa que los ataques contra la prensa en Colombia siguen y, al parecer, con más vigor.

Las cifras muestran que desde 1977 a 2015 fueron asesinados 152 periodistas a raíz de su trabajo. Acá destacamos que la mitad de los crímenes, 76, han presentado impunidad y los vehículos de los victimarios están ligados a investigaciones de conflicto armado o corrupción.

Vamos a presentar una matriz, que refleja los sitios con más asesinatos desde 1977 a la actualidad:

Al comparar las cifras del intervalo de 2015, en cuanto a las amenazas, la taza incrementó en un 47%. El Valle, con ocho casos, es el departamento de Colombia más afectado por las amenazas e intimidaciones a periodistas.

El director ejecutivo de la Flip, Pedro Vaca, explicó el porqué de la reducción de los homicidios a periodistas. “Esto se debe a varias razones como que se haya elevado el costo político y público de matar a un periodista, la asistencia de los mecanismos de protección y que uno de los principales actores que eran las Farc hayan estado en un contexto de negociación”.

Para Vaca hay que centrarse en las intimidaciones, pues “los actores han encontrado otros mecanismos como las amenazas, que tienen una gran impunidad”.

Otro fenómeno que detalló la Flip fue el de los secuestros frente a los periodistas, que volvió a resurgir, haciéndose evidente en casos como los de Salud Hernández-Mora, Diego D’Pablos, Carlos Melo, William del Carmen Mora, Diego Velosa y María Zulay Ropero. Ellos fueron retenidos en contra de su voluntad por el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Bajo la mirada de la Flip, situaciones puntuales como el cubrimiento del paro agrario y de las votaciones del plebiscito, no contaron con las medidas necesarias para garantizar la libertad de prensa y reflejaron la ausencia de protección a la tarea que desempeña el periodista.

Aunque el año pasado Colombia no registró asesinatos de periodistas, aún hay muchos riesgos para ejercer la profesión mencionada, puesto que las amenazas y otras posibles formas de agresión están en aumento. Curiosamente el sitio que más sufre la ola descrita es Valle del Cauca, uno de los departamentos con mayores índices de conflicto armado colombiano.