Antes de 1934 el tiempo libre de los trabajadores no era algo que estuviera definido en los contratos laborales. Además, el ocio no era algo socialmente bien visto. Sin embargo, los cambios vistos por esa década, en materia laboral y sindical trajeron innovaciones en esa situación.
Durante la década de los 30, en Colombia se buscaba que existieran cambios en las políticas laborales imperantes hasta el momento.
La mayor parte del tiempo los pactos entre patronos y empleados carecían de una regulación y de un soporte legal, por esa razón no se podía tener un marco jurídico que mediara los conflictos laborales particulares y no se tenía claridad sobre la extensión de la jornada laboral.
Sin embargo, en 1934, con el precedente de 1931 en el que se ratificaron los acuerdos con la OIT de la década de los 20, se expidió el decreto No.1. Con esa norma se dio vigencia a la jornada de 8 diarias y 48 semanales la carga laboral de todo empleado industrial en el país. Además de regular la jornada laboral también permitió redefinir la percepción que se tenía del empleado como sujeto con derecho a descansar y disfrutar de su tiempo libre como lo dispusiera.
El decreto 895 del mismo año establecía unas excepciones a esa jornada. Trabajos como las labores agrícolas o las de los criados domésticos, entre otras, podían extenderse hasta 12 horas. Es hasta la Ley 6 de 1945 que las excepciones contempladas se reducen y se estandariza la jornada a 8 horas diarias. Las labores agrícolas se pueden extender a 9 horas al día y las de vigilancia o intermitentes hasta a 12 horas al día, siempre y cuando se resida en el sitio en el que se labora. Además, se dotó al Estado de la capacidad de reducir la jornada cuando las condiciones de seguridad así lo exijan.
Esta legalización y normalización de la jornada laboral en el país fue un gran avance en materia de reconocimiento de los trabajadores como sujetos de derecho y fue una de las grandes transformaciones en las relaciones patrono-trabajador que configurarían la Colombia laboral moderna del siglo XX.