“El PET es uno de los materiales más importantes de la industria del plástico gracias a sus características de transparencia, ligereza, apto para el contacto con alimentos, pero sobre todo, por ser 100 % reciclable”, expresó John Henry Villamizar, Country Manager de Apropet, firma especializada en el reciclaje de PET post consumo, al explicar la importancia de la recuperación de las botellas de PET de agua, gaseosa, refrescos, etc., en la cadena del reciclaje y en la implementación de la economía circular.
Para el 2018, Apropet, logró acopiar cerca de 100.000 toneladas de PET post consumo, ingresando al sistema cerca de 42 millones de botellas mensuales.
“Reciclar es un tema que nos favorece a todos. En la medida en que contribuyamos al reciclaje de los materiales, tendremos un medio ambiente mejor y se podrán generar proyectos productivos de impacto social; pero necesitamos que se cumpla la otra parte: disponer bien de los envases”, dijo el ejecutivo al insistir en la conciencia personal que conduzca a asegurarse de que la botella usada, no solo no muera ahí, sino que no llegue a un relleno sanitario, a una fuente hídrica.
En Colombia se recicla menos de la tercera parte de la totalidad de botellas que se consumen.
“Nuestro proceso de reciclaje es con botellas PET, fáciles de identificar por triángulo con el número uno, ubicado generalmente en la base. Tras el reciclaje, la resina resultante es utilizada para hacer nuevas botellas, generando un benéfico impacto medioambiental”, anotó Villamizar.
¿Qué hacer con en envase después del uso?
Estar seguro que su vida no termina ahí. “Gracia a su poco peso, la persona puede guardar ese envase hasta pasar por una canea recicladora o, al llegar a la casa, depositarla dentro de una bolsa de color blanca para que los recicladores la identifiquen mucho más fácil y puedan entregarla para ser reciclada. De paso, ayudar a cientos de familias que viven del reciclaje en Colombia”, expresó el Country Manager de Apropet.
Dentro de la extensa variedad de plásticos que existen en el planeta, el PET es el que mayor acogida ha tenido para la fabricación de productos, especialmente de empaques, “Es ligero. Un envase de PET pesa de 10 a 20 veces menos, según los formatos, que un envase tradicional de su misma capacidad, lo que permite optimizar la carga útil en el transporte de los productos, que adicionalmente se traduce en una reducción de emisiones de CO2. Además, el PET cumple con todos los requisitos legales que establecen las normativas nacionales e internacionales. Está autorizado su uso en todos los países del mundo”, cita la Asociación Nacional del Envase de PET (ANEP) en su página web.
De acuerdo con la organización Greenpeace, se estima que en 2020 se producirá un 900 % más de plásticos que en 1980 y se superarán los 500 millones de toneladas anuales. Cada año se fabrican 500 mil millones de botellas de plástico.
Menos unidades, más vida
El polietileno tereftalato (PET, por sus siglas en inglés), fue patentado en 1941 como un polímero para fibra. Comenzó su producción comercial en 1955. En 1976 se empezó a usar en la fabricación de envases. Compuesto por petróleo crudo, gas y aire, un kilo de PET tiene un 64 % de petróleo, 23 % de derivados líquidos del gas natural y 13 % de aire.
Este polímero lineal, con un alto grado de cristalinidad y transparencia que ayuda a conservar el sabor y el aroma de los alimentos en envases, admite cargas de colorantes, cuenta con un excelente comportamiento frente a esfuerzos permanentes, tiene alta resistencia química y al desgaste, propiedades dieléctricas, buena barrera de dióxido de carbono (CO2) y, además, está aprobado para ser usado en productos que estén en contacto con alimentos.
Existen tres tipos fundamentales de PET; el Grado textil, Grado láminas y películas, y el Grado botella, ámbito, este último, donde tiene la mayor demanda.
Tanto el PET, como el rPET, actualmente son usados para fabricar botellas de agua, en parte como contribución a la solución del reciclaje de plásticos; sin embargo, también se producen envases para la industria médica y farmacéutica, así como para la de alimentos. Otras aplicaciones son: bebidas carbonatadas, aguas minerales, aceites, zumos, tés, vinos y demás bebidas alcohólicas, detergentes y productos de limpieza, cosméticos, lociones, talcos, shampoos, salsas y otros alimentos, productos químicos y lubricantes, y tratamientos agrícolas.
El PET reciclado da lugar al rPET por medio de distintos métodos que logran descomponerlo, para hacer nuevos envases en este caso y prolongar su vida.
“Bajo todas estas características, es de resaltar que el PET, material protagonista de la industria del plástico, es y seguirá siendo uno de los más importantes en la cadena productiva y el que contribuye de una manera real con la economía circular”, concluyo el Country Manager de Apropet, empresa que forma parte del grupo San Miguel Industrias, firma peruana fabricante de envases por medio de inyección y soplado.