Colombia y sus héroes silenciosos

Son muchos y hacen parte de la buena historia de nuestro país. ¿Cuáles son esos héroes silenciosos? ¿Qué los caracteriza? ¿Qué los une aún sin conocerse? Son aquellos colombianos que con frecuencia han nacido y crecido en entornos socioeconómicos difíciles, carentes.

La vida de casi todos no ha tenido adornos, ni halagos, ni privilegios. Sin embargo, de sus entrañas sale la fuerza para no permitir que su historia los apabulle, los venza, o se convierta en destino; resignación o disculpa anticipada de su pobre participación en la historia de una vida productiva y ejemplar.

Los héroes silenciosos están unidos por su valentía para desbrozar la selva e iluminar la oscuridad que presenta su temprano horizonte. Sus dificultades y carencias no tienen el tono lloroso de la sumisión o de la queja; de esas dificultades proviene su empuje y su fuerza; ellas se convierten en ganas, en halo vivificante que los pone a la vanguardia de los luchadores.

No conocen la teoría, pero su presencia en la vida incorpora los derechos de lo que les pertenece como seres humanos y de sus obligaciones para consigo, su familia, su terruño, su país.

Su alma tiene la fortaleza del acero y el vigor de la sangre que con potencia y en silencio irriga todas sus acciones. Como Catherine Ibargüen, Nairo Quintana, Yuri Alvear, Óscar Figueroa, Ma.Isabel Urrutia, Pibe Valderrama, entre otros en el deporte.

Profesores como Sandra Suárez García, verdaderos maestros cuyo compromiso trasciende los conocimientos y los grados académicos; para ponerse en el lugar de los que enseñan valores, que ejemplifican la resiliencia con el testimonio de su esfuerzo,de su lucha y de su éxito.

Policías como Gloria Stella Herrera y Jaime Bermejo, por su “creación y/o participación destacada en labores educativas, recreativas, deportivas, preventivas, dirigidas a niños, ancianos, indigentes, drogadictos y trabajadores sexuales”.

De los jóvenes ganadores de las becas para la educación superior, encuentra uno relatos conmovedores y edificantes. Edison Parra, quien al llegar la noche completaba sus tareas con la luz de la vela y luego, con la linterna del celular comprado con el producto de su trabajo como jornalero. Laura Villarreaga de Ciudad Bolívar, empleando seis horas diarias en ir y volver de su colegio. ¡Y muchos más!

Unos y otros sin conocerse, comparten un aire de inocencia comparable con el de los pájaros, las flores y otros muchos seres de lanaturaleza, que no son conscientes de su belleza, ni de su luz, ni de su valioso significado en el concierto de los seres vivientes. Se sorprenden cuando se destacan sus resultados porque hasta entonces han creído (y muchos por fortuna siguen creyendo), que esto que hacen es apenas natural; no se lo imaginan menos. Entonces, vale afirmar que tienen un sentido del valor de la vida distinto al de los otros, al de la mayoría. La enaltecen porque creen que vale eso y más y es por esto que no dejan de luchar por y con ella.

Se han hecho monolíticos,sin bisagras ni fisuras en la integridad de lo que se proponen y lo que logran.
Sus historias se escriben con acciones, con tesón en la brega, con ejemplo, con resultados.

En el colegio, en la universidad, tantos trabajos de investigación podrían acompañarse de un tema: conocer algunas de estas historias, presentarlas al grupo, y proyectar sus equivalencias en la propia vida.