Representantes de los Estados miembros y del Parlamento Europeo (PE) comenzaron hoy una reunión clave para cerrar el presupuesto europeo de 2013, en la que tratarán de salvar sus diferencias a contrarreloj, a cinco días de que termine la fase de mediación.
Ambas partes tendrán que dar también su visto bueno a una enmienda de la Comisión Europea (CE) al presupuesto de 2012 para cubrir gastos pendientes por valor de 9.670 millones de euros, debido a la falta de fondos que sufren algunos de los programas.
En esa cantidad se incluye una partida de 180 millones de euros para programas de formación, de los que 90 millones de euros se dedicarán a Erasmus.
Los ministros, en su mayoría de Asuntos Europeos, y embajadores de los Veintisiete tratarán de conciliar su apuesta por la austeridad con las exigencias de los eurodiputados, que insisten en aumentar considerablemente la partida de pagos, en un Consejo de Finanzas (Ecofin) que se espera largo.
“Tenemos un largo día, y posiblemente una larga noche. Tenemos un Ecofin de presupuestos y luego el proceso de conciliación con el PE. Pasaremos todo el día y la noche, si es necesario, para lograr un acuerdo”, dijo el viceministro de Asuntos Europeos de Chipre, Andreas Mavroyiannis, a su llegada a la reunión.
Por su parte, el portavoz de Presupuestos de la Comisión Europea, Patrizio Fiorilli, señaló mediante un mensaje en la red social Twitter: “”Hoy, negociaciones finales sobre el presupuesto de la Unión Europea. He empaquetado el saco de dormir y el cepillo de dientes…”.
Las negociaciones tendrán lugar en medio de una extrema presión y a contrarreloj, dado que la fase de mediación, que dura 21 días, se acaba el próximo martes y, si no hay acuerdo, la Comisión Europea tendrá que presentar una nueva propuesta presupuestaria.
Mavroyiannis destacó la importancia de que se logre un acuerdo, de cara a crear un “buen ambiente” en las negociaciones para establecer el presupuesto plurianual de 2014 a 2020, también en marcha y para las que se ha convocado una cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno para el 22 y 23 de noviembre.
“Si no, se envenenará un poco el ambiente, pero tampoco es el fin del mundo”, indicó el viceministro chipriota.
Los compromisos de pago contraídos para 2013 ascienden a 150.900 millones de euros, un 2 % más que el año anterior, por debajo, no obstante, del aumento del 6,85 % del gasto, que equivale a 137.900 millones de euros.
De esos 137.900 millones de euros presupuestados por la CE para gastos, la mayor parte corresponde a los fondos de cohesión y sociales (49.000 millones de euros), a la Política Agrícola Común (44.100 millones), a programas de competitividad (13.600 millones), desarrollo rural (8.900 millones), administración (8.500 millones), ayuda al desarrollo (7.300 millones) y programas de ciudadanía, libertad, seguridad y justicia (1.600 millones).
Debido a la crisis, los Veintisiete rebajaron la primera propuesta de la CE, que incluía un incremento del 6,85 % para los pagos y congelaba el gasto futuro, dado que la subida del 2 % de los compromisos (el importe máximo de pagos futuros a los que se puede comprometer la UE) equivale a la tasa de inflación anual.
Frente a la CE, los países de la Unión piden un aumento del 2,79 % con respecto a 2012 y elevar los compromisos el 1,27 %.
En el trámite parlamentario posterior, la Eurocámara rechazó los recortes en las partidas que consideran “vitales”, como los fondos destinados a empleo, la agricultura o la investigación.
Los eurodiputados pidieron una subida del 6,82 % en los pagos y del 2,2 % en la partida de compromisos, un planteamiento que los Veintisiete rechazaron, dando lugar al proceso de mediación actual.
Si no se logra un consenso en el plazo estipulado, la CE podrá gastar cada mes y para cualquier partida no más de una duodécima parte de las dotaciones presupuestarias de 2012 o de su proyecto presupuestario para el próximo ejercicio fiscal.
En este caso, se repetiría la situación del presupuesto de 2011, sobre el que ambas partes no consiguieron cerrar un acuerdo, aunque finalmente se logró aprobar el presupuesto a tiempo sobre la base de un nuevo borrador presentado por la CE y tras un maratoniano Consejo en el que se logró el consenso.
Por el contrario, si los Veintisiete y el PE llegan a un acuerdo, disponen de 14 días tras la finalización del nuevo texto para la aprobación formal del presupuesto.
En 2012 los mayores contribuyentes al presupuesto comunitario fueron Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España, que aportaron casi la mitad de la totalidad. La aportación de cada uno de los Veintisiete al presupuesto de la Unión equivale al 1 % de su Producto Interior Bruto (PIB).