La industria láctea del país dijo que los tratados de libre comercio son lo que comúnmente se conoce como un mal necesario, en vista de la internacionalización de los mercados, pero aclaró que los derivados lácteos tienen de frente una gran amenaza por volumen y subsidios.
El gerente general de Lácteos El Pomar, Nelson Molano aseguró en Confidencial Colombia que infortunadamente la estructura productiva del país y los elevados costos de producción no permiten competir con productos americanos o europeos. A lo anterior se suman las falencias en infraestructura que hacen muy difícil sacar la producción agropecuaria a los centros de acopio o comercialización.
En opinión del empresario, los antídotos contra los efectos del tratado de libre comercio son nada más y nada menos que la inversión y la innovación en donde el valor agregado es fundamental de cara a enfrentar la fuerte rivalidad.
Dijo que para muchos empresarios de la industria láctea, competir con Estados Unidos resulta casi que imposible por cuanto la leche y la mayoría de sus derivados son productos perecederos que no aguantan los tramites de exportación en puerto. “La única oportunidad está por el lado de los quesos madurados, pero ese producto en Norteamérica es muy fuerte”.
Expreso que los tratados comerciales fortalecen a algunos y debilitan a otros, pero insistió en que lo mejor es preparase con producto de calidad, adopción de nuevas tecnologías, posicionamiento de marca y estrategia comercial. “Aquí no estamos hablando de una opción sino de una realidad, nos toca ser productivos, competitivos y eficientes para no desentonar con los productos que van a llegar”.
En leche, explicó, los norteamericanos consumen leche envasada en frascos de vidrio o en la presentación Pure Pack.
Lactosueros siguen golpeando industria y la alimentación
El vocero de Lácteos El Pomar expresó su preocupación por los altos índices de comercialización de lactosueros que muy seguramente se incrementarán con los acuerdos comerciales.
Para el señor Molano, el consumo de lactosueros tiene grandes desventajas toda vez que este producto no ofrece el total de vitaminas y alimento que demanda la población, sobretodo en estratos económicamente vulnerables.
Reveló que el grueso de la industria está usando lactosueros, sin embargo aclaró que empresas o cooperativas como El Pomar o Colanta no hacen uso de este insumo porque la idea es llevarle leche de calidad a la familia colombiana.
Dijo que el mercado de la leche urge de varias medidas y de políticas que garanticen acopio y refrigeración. Explicó que las 300.000 familias en promedio que devengan su sustento de la producción lechera requieren de una inversión estatal que garantice el frio, factor indispensable en la cadena láctea y en la oferta de sus pequeños hatos.
“A lo anterior hay que sumarle infraestructura porque la falta de vías terciarias dificulta la venta de un producto que siendo eventualmente de muy bajo costo, debe regalarse para evitar acumulación de inventarios o líos higiénicos, situación que finalmente perjudica l negocio de los campesinos”, comentó Molano.
Fortaleciendo empresa para retomar mercado
Actualmente lácteos El Pomar, empresa con una historia que data de 65 años, adelanta inversiones que suman en promedio los 3.900 millones de pesos. De esa inversión, 3.100 millones obedecen al ajuste de la planta y el restante en el fortalecimiento de los canales de comercialización. La empresa les da trabajo a más de 206 personas, pero el número crecerá posiblemente a 270 por las contrataciones en el equipo de ventas y el personal para la nueva planta.
“Estamos trabajando muy duro porque la idea es recuperar un mercado importante que compartimos con competidores muy fuertes que tomaron ventaja, pero con esfuerzo avanzaremos para volver a las grandes ligas de la leche y sus derivados”, declaró.
Esta empresa retomó el mercado con leche entera, larga vida, deslactosada así como con una serie de derivados tales como yogurt en su presentación natural con fruta y el pro más pro-bióticos Vida para mayor salud. Dentro del portafolio están también las gelatinas, los arequipes, avena, jugos, kumis y las bebidas lácteas a base de yogurt a con fruta.
“Nuestra meta está trazada en la elaboración de productos de máxima calidad, apoyados por un equipo comercial sólido”, dijo.
Con el resurgir de El Pomar, se espera un mayor beneficio para el campesino que tendrá un nuevo cliente para sus producciones de leche y con la seguridad que la podrá vender a un precio justo y dentro de los márgenes de rentabilidad. “Este año hemos crecido mucho en acopio y para el cierre de 2013 esperamos crecer en un 50 por ciento en capacidad de producción, lo que se transforma en una opción para el ganadero”.
La empresa le apuesta a una venta cercana a los 33 millones de litros de leche, lo que los aproxima a los 50.000 millones de pesos, cifra considerada pequeña frente al tamaño de la categoría. “Tenemos metas ambiciosas de crecimiento con todo y que este año el indicador va en el 26 por ciento.
Molano especificó que el mercado de hoy está basado en tiendas y en la producción para algunas cadenas. El propósito, dijo, es poner una oferta con mayor valor agregado e donde el consumidor encuentre productos mucho más renovados, de marca asequible y al alcance del bolsillo. “El portafolio seguirá creciendo y la empresa tendrá las mejores proyecciones”.
La empresa es consiente que perdió terreno por la demora que experimentó a la hora de lanzarse al mercado de leche larga vida, pero le apuesta a una muy pronta recuperación.
Cabe anotar que Bogotá representa en promedio el 45 por ciento del mercado nacional y el país reporta una producción de 11.000 millones de litros anuales. “Colombia consume cerca de 11 millones de litros de leche por día y su per cápita, incluidos los derivados está en 141 litros”.
Calidad y marca son sin duda los elementos que harán que El Pomar vuelva a ser protagonista del mercado lácteo y sus derivados. A lo anterior se adiciona la certificación de ISO 22.000, única en Colombia para esta empresa la cual garantiza la inocuidad completa del producto.
El Pomar que inició sus trabajos para recuperar mercado no descarta incursiones en el mercado andino, pero a mediano o largo plazo, una vez logre afianzar el posicionamiento de marca y fortalezca su mercado interno.