Contracción tocó fondo en abril: ANDI

Nuevamente la Encuesta de Opinión Conjunta arroja saldos lamentables para la economía colombiana, situación que se refleja en menor crecimiento, difícil panorama en las factorías y en desempleo.

Al cierre de abril sigue precarizado el desempeño de la industria manufacturera tal y como se observó en el primer trimestre de 2013. Los voceros de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI) afirman que sigue presentándose un bajo crecimiento en producción, ventas y una menor capacidad instalada. “Los inventarios son normales, los pedidos muestran menor dinamismo y el clima para los negocios continúa en franco deterioro”.

Al revisar otros indicadores de la economía colombiana y su comportamiento, hay no solo, mal reporte en las empresas sino una reducción en las exportaciones privadas con una variación que llegó al -1.6 por ciento. Las exportaciones totales cayeron en 7.3 por ciento. En despechos de energía se puede aseverar que la demanda creció tan solo en 0.9 por ciento entre enero y mayo, cifra por debajo del reporte del año anterior que cerró en 2.6 por ciento.

El reflejo de la desaceleración económica se vio en el empleo que genera la industria el cual se desplomó a niveles del 9.0 por ciento en trimestre comprendido entre febrero y abril.

Para el gremio de los industriales y empresarios, los resultados acopiados hasta el mes de abril hacen pensar que marzo fue el mes más crítico, permitiendo pensar que vendrá un segundo semestre más dinámico y con posibilidades de recuperación. El asunto según la ANDI, no deja de ser psicológico.

“El pobre desempeño de la actividad manufacturera pone de presente la necesidad de ejecutar la inversión y medidas anunciadas en el Programa de Impulso a la Productividad y el Empleo (PIPE) y continuar con una clara y decidida Agenda de Competitividad”, sostienen los industriales.

Según la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (EOIC), que la ANDI realiza con Acicam, Acoplasticos, Andigraf, Anfalit, Camacol y la Cámara Colombiana del Libro, en los primeros cuatro meses de 2013, comparado con el mismo período del 2012, la producción disminuyó -0.9 por ciento, las ventas totales crecieron 0.5 por ciento y, dentro de éstas, las ventas hacia el mercado interno crecieron 0.5 por ciento.

SE observa en esta medición que los sectores más afectados por la contracción de la demanda son hilatura, tejedura y acabados con una caída de 20.1 por ciento, le siguen siderúrgica, Hierro y acero con -19.9 por ciento, productos en caucho con -18.7 por ciento, autopartes que refleja un desplome del 15.1 por ciento y calzado con -8.6 por ciento. Se salvan de este balance en rojo refinación de petróleo con un crecimiento del 9.9 por ciento y bebidas que tiene un saldo favorable en 2.6 por ciento.

Mal capacidad instalada

La capacidad instalada que es ni más ni menos que el porcentaje de equipo y maquinaria que usa el empresario para la producción se ubicó en abril en un 74.5 por ciento, inferior al promedio histórico de la encuesta gremial que se sitúa en 76.4 por ciento.

En materia de inventarios y pedidos se hace visible una propensión desfavorable en la demanda como ha sido común en los últimos meses. La situación es tal que el 85.7 por ciento de los productores calificó sus pedidos como altos o normales, frente a un indicador del 89.2 por ciento hace un año. El porcentaje de empresarios que manifestó tener altos inventarios fue de 26.4 por ciento.

Baja el clima de los negocios

En lo concerniente al clima de los negocios, la averiguación capta los contratiempos de la industria manufacturera, realzadas desde el segundo semestre de 2012. “Es así como en abril, el 53 por ciento de los encuestados calificó la situación de la empresa como buena, nivel trece puntos por debajo del reportado en igual período del año anterior cuando mostró un 66.8 por ciento y las mejores expectativas son reportadas por el 42.6 por ciento de las empresas.

Al preguntárseles a los industriales por las principales dificultades que experimentan en sus actividades, manifestaron en esta última encuesta que básicamente se centran en la baja demanda, alta competencia, costo y suministro de materias primas, precio del dólar, contrabando, carencia de infraestructura y costos logísticos. A lo anterior se suma la falta de capital de trabajo, baja rotación de la cartera y bajos márgenes de rentabilidad.

Inversión colombiana, por fuera

Dentro del rango de la competitividad, el empresariado colombiano ha venido afianzando su inversión productiva en el extranjero y es por eso que el 19 por ciento de los empresarios adelanta este tipo de inversiones en los últimos cinco años. “Estas inversiones están destinadas principalmente al área de producción con un 50 por ciento, le sigue el comercio con 43.8 por ciento y la distribución que reporta un 18.8 por ciento.

Cabe resaltar que las inversiones están direccionadas en mayor porcentaje a los países del vecindario o de la región, destacándose la salida de capital a Ecuador, México, Estados Unidos, Perú, Centroamérica, Venezuela y Panamá.

En su mayoría, un 67.5 por ciento de los empresarios afirma que invertir en el exterior hace parte de las planeación estratégica de la compañía. Otros motivos tienen que ver con la mejor competitividad, mercadeo, demanda, rentabilidad, marco regulatorio del país destino, apoyo del Gobierno, control de costos y tipo de cambio. El 15.4 por ciento de los encuetados abrió oficinas en el exterior para facilitar sus exportaciones y por ello creció la presencia empresarial colombiana en Estados Unidos, Venezuela, México y Perú.