Corea del Sur se une al club de potencias espaciales

Corea del Sur logró lanzar con éxito su cohete Naro, desarrollado parcialmente con tecnología local, lo que tras dos intentos fallidos en 2009 y 2010 le abre por fin las puertas del reducido club de potencias espaciales.

La lanzadera, también conocida como KSLV-1 y portadora del satélite científico STSAT-2C, despegó a las 16.00 hora local desde la base espacial en la isla de Naro, a unos 480 kilómetros al sur de Seúl.

El tercer intento en cuatro años se desarrolló sin aparentes problemas, y una hora después los responsables confirmaban que el satélite estaba en la órbita debida y el ministro surcoreano de Ciencia y Tecnología calificaba de éxito la operación.

“El Naro ha sido lanzado con éxito. El satélite fue desplegado 540 segundos después, y un análisis de los datos relacionados muestra que ha entrado correctamente en la órbita estipulada”, afirmó el ministro, Lee Ju-ho.

Se trata de la primera ocasión en que Corea del Sur, cuarta economía de Asia, consigue poner en órbita un satélite desde su territorio, una hazaña que ha quedado parcialmente ensombrecida por el hecho de que Corea del Norte, su empobrecido vecino comunista, lo ha logrado antes.

El régimen de Pyongyang logró colocar en órbita un satélite con su propio cohete el pasado 12 de diciembre, en una operación duramente condenada por la comunidad internacional, que la consideró una violación de resoluciones de la ONU que le prohíben desarrollar tecnología balística.

Por su parte, la pujante Corea del Sur había enviado hasta hoy al espacio cerca de 10 satélites, pero todos desde plataformas y cohetes foráneos.

En cualquier caso, y aunque sea por detrás de su rival Corea del Norte, el último lanzamiento convierte a Corea del Sur -hogar de algunas de las empresas tecnológicas más potentes del planeta, como Samsung- en el decimotercer país que consigue poner en órbita un satélite con un cohete de fabricación propia.

Esto le permite acortar distancias con otros vecinos asiáticos como Japón, China o la India, que ya cuentan con sus propios programas aeroespaciales.

En un mensaje difundido por su portavoz, el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, afirmó que el éxito de la misión del Naro supone el primer paso hacia la apertura de “una era de ciencia espacial” para Corea del Sur.

El camino hacia este objetivo, sin embargo, ha estado plagado de dificultades, plasmadas en los dos lanzamientos fallidos efectuados en 2009 y 2010.

En el primer caso el cohete alcanzó la órbita deseada pero un defecto en los mecanismos de apertura impidió liberar el satélite, y en la segunda el proyectil estalló a los dos minutos de despegar por problemas eléctricos.

La agencia espacial surcoreana (KARI), creada en 1989, comenzó a dar sus primeros pasos en la fabricación de cohetes en la década de 1990, basándose en la tecnología balística que había adquirido de EEUU en medio de la tensión con el régimen comunista de Corea del Norte.

Pero el programa espacial surcoreano Naro no nacería hasta 2002 con el apoyo de Rusia, un país con un éxito del 93,6 % en los 3.100 lanzamientos que ha realizado de 1950 a 2011.

El respaldo ruso quedó plasmado en la primera fase del cohete, cuya parte inferior se construyó en el centro de producción e investigación espacial Khrunichev de Rusia en virtud de un acuerdo firmado en 2004.

Sin embargo, Seúl busca desarrollar totalmente sus propios vehículos espaciales, y para ello ya se ha embarcado en la construcción de un motor propulsor de diez toneladas que espera concluir para 2016.

En el marco de esta iniciativa, Corea del Sur espera desarrollar en los próximos años un cohete totalmente fabricado en el país portador de un satélite de 1,5 toneladas, que aspira a llevar al espacio para 2018 o 2019.

Con EFE