Todos los actores del conflicto están presentes… salvo el régimen sirio y la oposición. Las potencias buscan en Viena una salida negociada a la guerra en Siria con una cumbre en la que participan Irán.
Todos los actores del conflicto están presentes… salvo el régimen sirio y la oposición. Las potencias buscan hoy en Viena una salida negociada a la guerra en Siria con una cumbre en la que participan no solo los cinco países con derecho a veto del Consejo de Seguridad de la ONU, sino también Irán, Arabia Saudí, Qatar y Turquía, las principales potencias regionales en Oriente Medio.
Ahí está la clave, en la participación de Irán, el pilar que sostiene al régimen deBashar al Asad –junto con los ataques aéreos rusos y la milicia chií libanesa Hezbolá-. Esta es la primera vez en que Teherán se reúne oficialmente con las otras potencias (supone un trago amargo de sentarse con Arabia Saudí) para avanzar hacia una solución dialogada.
Y, lo que es mucho más importante, Irán estaría dispuesto a aceptar un periodo de transición de seis meses tras los cuales el presidente sirio abandone el poder, según ha revelado un alto cargo de Oriente Próximo conocedor de la postura iraní en el contexto de la cumbre de Viena para poner fin a la guerra civil.
“Las conversaciones (en la capital austriaca) van ser sobre compromisos, e Irán está dispuesto a asumir el compromiso de aceptar que Al Asad siga en el poder seis meses”, ha dicho la fuente consultada por la agencia de noticias ‘Reuters’. “Irán no va a insistir siempre en mantener a Al Asad en el poder”, ha dicho, por su parte, el viceministro de Exteriores de la República Islámica, Amir Abdollahian, uno de los miembros de la delegación persa en Viena, citado por la prensa local.
Turquía, Arabia Saudí y Qatar exigen, al igual que EEUU y Europa, una salida del poder del dictador, mientras que Irán y Rusia abogan, en un principio, por su continuidad. Y es que el éxito o el fracaso de la mayor cumbre diplomática hasta la fecha está ligado al destino de un hombre que ni siquiera se sentará en la mesa de las negociaciones: Bashar al Asad.
“Queremos una Siria libre, íntegra, que esté compuesta por todos los actores de la sociedad”, dijo Laurent Fabius, ministro de Exteriores de Francia, que participa en la coalición internacional que combate desde el aire al autodenominadoEstado Islámico. “Hacen falta cambios importantes.
Hay que organizar la transición política. Evidentemente, (el presidente sirio) Bashar Al Asad, que es responsable en gran parte del drama sirio, no puede formar parte del futuro de Siria”, aseveró. Fabius subrayó que por primera vez se encuentran juntos “los actores mayores del drama sirio”, pese a que ni Damasco ni la Coalición Nacional Siria, principal alianza opositora, están presentes en la cumbre. La enésima prueba de que Siria se ha convertido en la “proxy war” por excelencia.
Mientras, Moscú ha abogado por que la oposición siria constituya una delegación para mantener conversaciones con el régimen y ha propuesto que este grupo incluya a representantes del Ejército Libre Sirio (ELS), la milicia opositora a la que EEUU suministra armamento y que está vinculada a la Coalición Nacional Siria.
El viceministro de Exteriores ruso, Mijail Bogdanov, ha explicado que su Gobierno y el de Arabia Saudí han intercambiado los nombres de los posibles integrantes de la delegación opositora. La oferta de Moscú incluye 38 propuestas, entre ellos miembros del Ejército Libre Sirio y de la oposición kurda, según Interfax.
La principal advertencia de la oposición siria de cara a la cumbre es que Bashar al Assad no tiene cabida en un hipotético periodo de transición, tal y como propone Irán. “¿Quién está tan loco para creer que en las actuales circunstancias se pueden celebrar elecciones?”, ha planteado un miembro de la Coalición Nacional Siria George Sabra.
Ha recordado que hay “millones de sirios” fuera del país y, quienes quedan dentro, “han dejado sus casas, sus vidas, en busca de seguridad”. Un comandante rebelde, Ahmed al Seoud, de la Décimo Tercera División, también ha coincidido en estas criticas: “Con esta anarquía no habrá elecciones reales, por lo que las rechazamos de forma contundente”.
¿Qué hacemos con Asad?
Desde el comienzo de la guerra, hace ya cinco años, el futuro de Asad ha supuesto un muro insalvable para todos los esfuerzos de encontrar una salida negociada que detuviese los combates. Barack Obama exigió que el presidente entregase el poder en 2011.
Rusia aguantó el embite bloqueando los intentos en la ONU para presionar al dictador sirio e insistiendo en que cualquier nuevo gobierno debería ser establecido con el consenso tanto del régimen como de la oposición. Una postura que ‘armó’ a Asad con un derecho de veto sobre sus propios candidatos a sucederle.
La intervención rusa en la guerra de Siria no solo ha acarreado un cambio estratégico decisivo, sino también una moderación en los discursos en las cancillerías occidentales respecto a la posibilidad de que Asad participe en una hipotética transición.
Tanto EEUU como sus aliados europeos y árabes han temperado sus exigencias, sugiriendo que el presidente podría permanecer en el poder únicamente unos meses y con la condición de que renuncie una vez culminado dicho periodo. Un cambio radical de postura.