En este libro, Sánchez Baute explora nuevamente, con maestría sicológica, el mundo de los bajos fondos. (Recomendado literario)
Jackson, protagonista del primer relato, es un personaje del bajo mundo, con una descomunal fuerza interior. Jackson narra su vida, en la que está navegando siempre en contra de la corriente, aprovechando cuanta oportunidad le da la vida para salir adelante. Obviamente, tocando siempre la ilegalidad, la marginalidad. Jackson tiene una relación particular con las mujeres: la del machista convencido, la del hombre-objeto que negocia con las mujeres su compañía.
Jackson se crió oyendo novelas en la radio mientras su madre limpiaba baños. En un monólogo hipnotizante, narra su vida de sobreviviente de los suburbios con la sabiduría desafiante de quien, como los salmones, ha aprendido a vivir contra la corriente: una corriente de aguas tan caudalosas que si uno se descuida, se lo llevan todo.
A Gema, la mujer de la segunda historia, su madre ha logrado transmitirle -casi que genéticamente- la conciencia, real o imaginada, de su fealdad. Por eso ha construido una vida solitaria, en la que la acompaña solo un perro, el único ser al que quiere, con el que habla. Gema, aunque no lo necesita, se dedica a la prostitución, por la simple necesidad de ser deseada, y ha hecho de esta actividad su vida. De resto mantiene un diálogo solitario y doloroso consigo misma, en un círculo tormentoso en el que no tiene otro espejo que la propia imagen deteriorada de sí misma.
Su relato, con la solidez y la potencia de una novela, narra el mundo que ha construido para sobrevivir que es como un jardín en medio del infierno.
El protagonista de la tercera historia iba camino al éxito deportivo. Luego de ser violado su fe se vino a tierra. Y apareció la droga. El relato es la relación tierna, de soterrada violencia, entre dos desconocidos que se encuentran una noche en una situación límite cuyo desenlace está en manos de uno solo.
Sus secuelas son tan profundas que él no lograr sobreponerse por más empeño y constancia que le ponga al asunto. De ahí su mantra “Todo está en la mente”. Es también una historia sobre la derrota y el fracaso teniendo de fondo la disciplina del ciclismo.