Pese a la presencia de la alfombra roja, los invitados a la instalación del nuevo Congreso no mostraron su lado más fashionista. El color negro, como si de un velorio se tratase, fue el gran protagonista de la tarde.
Tanto hombres como mujeres acudieron a este must have para evadir a la policía de la moda. Aunque la elección resultó pertinente cayó en lo predecible, tanto así que ninguno de los atuendos se destacó y son pocos los estilos que se podrían copiar.
Las mujeres optaron por vestidos y faldas arriba de la rodilla que dejaban ver sus piernas, en contraposición con los cuellos altos que hicieron del escote un gran ausente. Las perlas, una vez más, se coronaron como el accesorio ideal para proporcionar elegancia y sofisticación.
Mientras que los hombres, poco creativos a la hora de elegir su atuendo, se mostraron más abiertos en cuanto a la selección del color de sus vestidos. No obstante, las corbatas rojas y azules resultaron ser el comodín de la tarde.