"Desearía no ser estadounidense"

Un salvaje vídeo difundido en internet través de foros yihadistas muestra la presunta decapitación del periodista estadounidense James Wright Foley, secuestrado en Siria en noviembre de 2012. El reportero pide a su familia levantarse en contra del gobierno del presidente Barack Obama, a quien acusa de ponerle el último clavo a su ataúd.

En la grabación, cuya autenticidad no ha podido ser comprobada todavía, Foley se despide de su familia y acusa al Gobierno de Estados Unidos de ser el culpable de su inminente ejecución por su reciente intervención aérea en Irak. Segundos después, un encapuchado que habla inglés con acento británico le coloca el cuchillo en el cuello y ejerce presión, tapándole la boca, en lo que parece el inicio de un degüello. La toma se interrumpe y lo siguiente que se ve es la cabeza ensangrentada de Foley, colocada sobre sus propias espaldas y bajo un charco de sangre.

A través de un comunicado, la Casa Blanca aseguró que los servicios de inteligencia trabajan para comprobar la autenticidad del vídeo “lo antes posible”. “Si resulta genuino, mostramos nuestra consternación por el brutal asesinato de un inocente periodista americano y expresamos nuestras más profundas condolencias a su familia y sus amigos”, expresó Caitlin Hayden, una portavoz del Consejo Nacional de Seguridad.

El vídeo estuvo disponible en YouTube y se hizo viral en las redes sociales durante unas horas, pero después fue eliminado por su “contenido violento”. El montaje, que denota cierta profesionalidad, arranca con el discurso del presidente estadounidense, Barack Obama, el pasado 7 de agosto, cuando anunció el comienzo de los bombardeos sobre el Estado Islámico (EI) en el norte de Irak para frenar su avance hacia el Kurdistán y permitir la asistencia humanitaria a miles de desplazados.

Posteriormente, aparece Foley pidiendo a su familia y amigos que se levanten contra las autoridades estadounidenses, de las que dice que pusieron “el último clavo en su ataúd” por los bombardeos en Irak. “Desearía tener más tiempo, desearía ver a mi familia de nuevo, pero ese barco ya ha zarpado. A fin de cuentas, supongo que desearía no ser estadounidense”, dice Foley, aparentemente sereno y vestido con un mono naranja en una localización desértica no especificada.

Finalmente, el hombre encapuchado amenaza a Estados Unidos y asegura que “los musulmanes de todo tipo y condición han aceptado al Estado Islámico como sus líderes”. “Cualquier intento tuyo, Obama, de negar a los musulmanes su derecho a vivir en seguridad bajo el califato resultará en el derramamiento de sangre de tu pueblo”, dice el yihadista, que aparece blandiendo un cuchillo.

El vídeo termina con el encapuchado amenazando de muerte a otro periodista estadounidense secuestrado, Steven Joel Sotloff, cuya vida “depende de la próxima decisión de Obama”.

Los familiares de Foley aseguraron en un comunicado en enero de 2013 que un grupo desconocido de hombres armados lo había secuestrado en una zona del noroeste del país el anterior 22 de noviembre. Meses después, en mayo, el medio para el que colaboraba, la web estadounidense de noticias internacionales Global Post, dijo que el joven, de 39 años, estaba retenido en una prisión siria controlada por el régimen de Bachar el Asad. Foley había sido retenido previamente por el Ejército de Libia en 2011 mientras cubría el conflicto en el país tras la caída del régimen de Muamar el Gadafi.

El cofundador y CEO de Global Post, Philip Balboni, insistía anoche en que la muerte de su colaborador aún no estaba demostrada. Su medio, por cierto, asegura haber gastado “muchos, muchos cientos de miles de dólares en intentar salvar al periodista”. “En representación de John y Diane Foley –sus padres– y también de Global Post, agradezco profundamente los mensajes de simpatía. (…) Hemos sido informados de que el FBI está evaluando el vídeo para determinar su autenticidad. Hasta entonces, no haremos ninguna otra declaración. Pedimos oraciones para Jim y sus familiares”, dijo Balboni.

Según una reciente investigación del diario The New York Times, las autoridades estadounidenses se oponen a pagar rescates por los conciudadanos secuestrados en zonas de conflicto, algo que sí practican habitualmente otros Gobiernos como Francia, España, Suiza y Austria. De acuerdo con este periódico, Al Qaeda y sus filiales han ingresado al menos 125 millones de dólares (unos 93 millones de euros) desde 2008.