Desempleo Juvenil, ¿una lacra que se puede resolver?

Estamos cansados de leer y recibir noticias sobre jóvenes con serios problemas de delincuencia, violencia de género, y otros desarreglos sociales de nuestro tiempo. Miles de sicarios en las bandas de narcotraficantes, expresiones de violencia entre las hinchadas de fútbol, hurtos callejeros, abusos a la propiedad privada o violencia intrafamiliar, agresión verbal por aburrimiento o por afición. ¿Qué ocurre en nuestra sociedad para que estas sean las noticias que protagonicen muchos jóvenes, y no las que resalten una juventud aplicada, brillante, deportista y solidaria? Jaime Polanco. Presidente de Confidencial Colombia.

Las cifras de desempleo juvenil en la región son alarmantes y sus efectos nocivos para la buena salud de generaciones de jóvenes. En LATAM hay cerca de 110 millones de jóvenes de los cuales más de la mitad están en edad de trabajar. La tasa de desempleo ronda el 14%. De ellos, seis de cada diez, tienen empleo, pero del informal. Ese en el que la característica más habitual son los bajos salarios, nula protección laboral y pésimas condiciones sociales. Esto es común en todo el mundo, donde el 40% del desempleo es de jóvenes entre 14 y 25 años.

Además en nuestra región latinoamericana hay cerca de 20 millones de los denominados NINIS, que ni estudian ni trabajan, con el consiguiente problema social y familiar que hace de ellos caldo de cultivo para actividades poco recomendables desde el punto de vista social.

Este desempleo se concentra cada día más por razones socioeconómicas en zonas urbanas donde llega ya a niveles del 15%. Pero todos siguen el mismo patrón, empleos de mala calidad, faltos de competitividad y además informales lo que hace casi imposible la reconducción de los mismos por parte de los gobiernos que han dedicado mucho tiempo y recursos a resolver estos problemas.

En el caso colombiano, hay mas de dos millones y medio largos de jóvenes en la informalidad o en el subempleo. Por otro lado políticas acertadas han acercado a más del 26% de ellos a trabajar por cuenta propia y a casi cincuenta mil a ser jóvenes empresarios.

Pero desgraciadamente otros países no han tenido tanto acierto en sus políticas de incentivación de empleo entre los jóvenes, México y Brasil lo han intentado sin mucho éxito y el gran agujero negro está en Centro América y algunos países de la revolución denominada bolivariana donde han fracasado estrepitosamente sus políticas de integración de la juventud.

Estos últimos años, vemos permanentemente jóvenes en las calles liderando protestas sociales, estudiantiles, agrarias o políticas, pero simplemente desahogan sus infiernos interiores por la falta de atención, de horizontes que les permitan vislumbrar un futuro prometedor que los invite a integrarse de manera natural a la sociedad de desarrollo.

Les falta un gran acuerdo a todos los niveles para sacar lo mejor de ellos. Es necesario que el problema sea prioritario en la agenda de los gobiernos y entidades supranacionales para que se adopten medidas que permitan voltear esta situación.

Fomentar la formación profesional, despertar talentos encauzando aficiones, incentivar créditos blandos para fomentar iniciativas empresariales. Mejorar la educación a todos los niveles y hacerla mas cercana a la demanda real de empleo, fomentar las relaciones entre la universidad y la empresa, mejorar los proyectos de innovación y hacerles participes de ellos, y tantas iniciativas que proponen por los expertos todos los días en cientos de foros sobre el problema.

Si fuéramos capaces de aplicar un pequeño porcentaje de ellas tendríamos un panorama completamente diferente de la realidad juvenil.

Esta es la generación mejor preparada de la historia, no dejemos que se arruine por incompetencia nuestra o de nuestros gobernantes.