Dolores íntimos, malestar común entre las mujeres

Mantener relaciones sexuales para una mujer puede ser tan satisfactorio como incomodo y doloroso. Cerca del 16% de las mujeres sufren de dolores genitales durante el acto sexual, incluso, en su vida cotidiana.

El 43% de las mujeres sufren algún tipo de trastorno sexual, y más de un 22,2 % sufre dolor durante la duración de las relaciones sexuales, según un estudio publicado por la revista científica ‘Obstetrics & Gynecology’.

Asimismo, hasta un 16% de las mujeres pueden sufrir vulvodinia en algún momento de su vida, según un estudio de la Asociación Norteamericana de Vulvodinia.

“Recibo más de 600 consultas al año de pacientes, hombres y mujeres que sufren algún tipo de trastorno sexual grave que les produce dolor y enfermedades. Este problema es mucho más frecuente en mujeres y esta cifra se puede multiplicar por diez en las consultas públicas”, explica la doctora Heraso, una de las principales especialistas mundiales en vulvodinia.

Según la doctora Heraso, “en nuestra sociedad existe un gran desconocimiento sobre ciertas patologías graves como es la vulvodinia, una neuropatía de un nervio que inerva los genitales y puede llegar a convertirse en crónica o recurrente y surge por diferentes causas, provocando dolor en la zona genital ”.

Según esta especialista, sólo “en España, más de 800.000 mujeres sufren alguna patología dolorosa en sus genitales.

“Son muchas las mujeres y también algunos hombres que acuden a la consulta aguantando años y años de dolor en sus genitales que sufren durante todo el día y se intensifican en sus relaciones sexuales” señala la doctora Heraso.

Según esta experta “los afectados por estas patologías viven en un peregrinaje por el sistema de salud. Primero, recurren al ginecólogo, quién deriva al dermatólogo –que suele realizar una biopsia de la zona lesionada- y éste, a su vez, traslada el caso al psiquiatra. para finalmente el paciente terminar en manos de un psicólogo a quién cuenta su vida, pero no soluciona su dolor”.

En opinión de Heraso “tradicionalmente la sociedad ha visto a la mujer como un sujeto sexualmente pasivo, cuando no hay nadie más sexualmente activo que quien alumbra una vida. Del silencio traumático vivido por generaciones y generaciones de mujeres y otras ideas erróneas en la percepción de la sexualidad femenina han surgido muchas enfermedades, entre ellas la vulvodinia o neuropatía genital”.

Relaciones sexuales sanas

“En mi libro-prosigue la experta de la CSFA- explico cómo se puede disfrutar de las relaciones sexuales sanamente, incluso en parejas que no puede realizar el acto del coito. Me dirijo especialmente a las mujeres para que no se sientan menospreciadas en este entorno y conozcan qué prácticas se deben rechazar para evitar ciertas enfermedades”.

“En los primeros momentos, el médico ha de tranquilizar a la paciente con vulvodinia, explicándole que no son cosas de su cabeza, que el problema existe y está viviendo la manifestación en su cuerpo de una serie de síntomas en el territorio del nervio pudendo, que corresponde a la zona genital”, explica Heraso.

De acuerdo a Heraso “los seres humanos tendemos a sufrir contracturas debido a estrés, ansiedad o miedo. Las personas que contracturan los músculos del suelo del abdomen, llamado periné, irritan el nervio de esa zona, que es el pudendo”.

“Vulvodinia significa ‘dolor en la vulva’, pero en la práctica el dolor también puede afectar la vagina, el ano y, a veces, la ingle, y además la mujer sufre escozor y picor. Además de problemas de alteración de sensibilidad, secundariamente se producen infecciones y hongos. Estos problemas no se curarán del todo hasta no curar al nervio pudendo”, explica.

Según la autora de ’La Mujer y el Sexo’, “el dolor vulvogenital puede ser un proceso que tiene origen en cuerpo físico, sin que intervenga la psique, pero también puede ser psicosomático, es decir que el núcleo del problema esté en la mente de quien lo padece, proveniente de su vida interior, de su estado anímico”.

“El sexo es la parte de nuestro organismo más reprimida, está cargado de ignorancia y tabúes. Por ello suele ser más frecuente que la vulvodinia tenga origen psicosomático, aunque también existan causas fisiopatológicas”, añade.

De acuerdo a la anestesióloga de la CSFA “entre los procesos psicosomáticos, existen núcleos originados dentro de la persona y desde fuera, en forma de agresiones sexuales, vida de pareja complicada o presiones psicológicas por parte de nuestros progenitores, educadores o religiosos”.

“Sea como sea, el resultado final siempre es un dolor, que se origina en una neuropatía del nervio pudendo, el encargado de la sensibilidad de los genitales. Este nervio se va ramificando y, dependiendo de dónde esté lesionado, habrá un mayor o menor territorio afectado”, explica la doctora Heraso.

Por Omar R. Goncebat.

EFE/ Reportajes