Al Vicepresidente de la República se le ha visto poco en su despacho en Bogotá. Angelino Garzón estuvo ausente de todo el agite electoral, quizás porque se le termina su periodo y, contrario a lo que sucedió con la reelección de Álvaro Uribe que mantuvo a Francisco Santos como fórmula vicepresidencial; Juan Manuel Santos prefirió cambiar el perfil y llamar a Germán Vargas Lleras.
El resguardo ha sido Europa, en reuniones con organizaciones de derechos humanos y sindicales y desde allí vio desde la barrera una de las campañas más agresivas por la Presidencia, en las que la izquierda jugó un rol fundamental.
Durante esta campaña presidencial, el papel de Angelino Garzón fue marginal. Para el exgobernador del Valle fue claro que esta nueva competencia por llegar a la Casa de Nariño no era una batalla suya. Por eso se refugió en Ginebra, Suiza en donde se concentró en reunirse con líderes de varias organizaciones como la OIT, algunos despachos de Naciones Unidas relacionados con derechos humanos y departamentos migratorios.
Las primeras apariciones de Garzón se dieron en el edificio de la sede de las Naciones Unidas para pedir excusas a nombre del Estado colombiano a Sintraemcali, Sintrateléfonos Bogotá y Sintraunicol por las ofensas de las que fueron víctimas por parte de algunos funcionarios del gobierno nacional, en el año 2007, cuando varios de sus dirigentes fueron acusados de pertenecer a la guerrilla.
Durante su estadía en Ginebra también mantuvo entrevistas con los directores de la OIT, de la Organización Internacional de Migraciones -OIM-, de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados -ACNUR-, con el Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja y con la Alta Comisionada para la defensa de los Derechos Humanos de Naciones Unidas, entre otros.
Estos encuentros estuvieron enmarcados, según fuentes de la Vicepresidencia, por la defensa de Garzón a una política de derechos humanos, la necesidad y respeto por la oposición dentro del Estado y el derecho a la diferencia como una bandera de la democracia y de la convivencia pacífica.
Cabe recordar que el Vicepresidente criticó la manera como los representantes del Estado colombiano abandonaron una reunión cuando se debatía sobre derechos políticos en Colombia, más específicamente la del Gobierno de Juan Manuel Santos de hacer efectiva la destitución del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, sobre la cual el organismo tenía cierta preocupación.
Por eso, por medio de su cuenta de Twitter, Garzón expresó su preocupación por lo que había pasado en ese momento: “El retiro de reunión de la CIDH nos alerta que vamos caminando de un país en progreso a un país en retroceso en materia de derechos humanos”.
Angelino volvió a Colombia para votar en la segunda vuelta presidencial y, seguramente, para empezar a tomar una decisión sobre su futuro político. Él mismo reconoció estar muy interesado en participar de manera más activa en el desarrollo de ideas para el mejoramiento de un ente territorial. Cali y Bogotá suenan para tenerlo compitiendo por ser la cabeza del gobierno distrital, y al menos, su figura a nivel internacional, cuenta con el agrado de varias organizaciones que lo han tenido cerca gracias a su papel reconciliador en los primeros cuatro años de Juan Manuel Santos.
Al parecer, esa figura de ‘apaga incendios’ que tuvo durante el primer periodo del presidente Santos, muchas veces hizo que la dialéctica de ambos estuviera en posiciones totalmente diferentes. En varias ocasiones, el círculo cercano al mandatario lo vio como un opositor dentro del mismo Gobierno, situación que sirvió para ir alejándolos. Ahora la batalla del futuro ex vicepresidente la dará en otros campos, quizás en la vereda del frente del que fue su jefe.