Un líder de izquierda distinto, desprendido del caudillismo y coherente en decir lo que piensa y hacer lo que dice. Se sabe la importancia del legado que dejó cuando su más acérrimo rival, Álvaro Uribe Vélez, denota admiración por él.
«Año 1974. Carlos dicta la cátedra de Hermenéutica Jurídica en la Universidad de Antioquia. Un día, uno de sus pupilos se le acerca: “No podré asistir a clase, tengo una reunión en el Directorio Liberal”.
—Cuénteme: ¿Usted qué quiere ser en la vida? —pregunta el profesor.
—Presidente de la República —responde sin titubear.
—Usted va a ser presidente, Álvaro, está organizando todos sus esfuerzos y talentos hacia esa meta —dice el maestro, después de conceder el permiso», dijo Carlos Gaviria en una entrevista para la revista de la Universidad de Antioquia a Ana Cristina Restrepo.
La justicia era su estilo y objetivo de vida, siempre estuvo presto con la mejor disposición para que Colombia fuera un país justo.
Abogado de la Universidad de Antioquia, juez municipal de Rionegro, profesor universitario en la universidad que lo convirtió alma máter, magistrado de la Corte Constitucional, senador, candidato presidencial y pieza fundamental en la fundación del Polo Democrático Alternativo.
Defender los derechos humanos, la libertad del pensamiento y los derechos y deberes fueron las consignas que dejó el antioqueño. Fundó un hondo respeto entre sus allegados y rivales. Siempre desobligado de usar corbata, todos lo conocieron por su gusto en lo clásico y su adicción a la literatura.
Progresista a su manera y recordado por sentencias como la despenalización de la dosis personal o la que permitió el uso de la eutanasia en Colombia.
Desde el Congreso se enemistó con Uribe –quien años atrás fue su pupilo- por la inclusión de la figura de la reelección en Colombia. Cuando Gaviria quiso ser el contrapeso de Uribe, el pupilo le huyó en varios debates.
A pesar de que el aprendiz derrotó en las urnas a su maestro, la mutua admiración en temas con una visión totalmente opuesta, siempre estuvo viva entre Uribe y Gaviria.
El 31 de marzo de 2015 Carlos Gaviria murió a causa de una infección respiratoria, su legado queda y es vital para rememorarlo en estos tiempos donde la polarización y la división están en su más grande auge en Colombia.