Además de frenar en seco el inminente título 22 de Serena Williams, la bremense Angelique Kerber ratificó el regreso de las tenistas zurdas al Top Ten del circuito. Kerber es la primera ‘raqueta siniestra’ que gana el Abierto de Australia, desde que la serbio-americana Mónica Seles lo lograra en 1996.
La tenista serbio-americana Mónica Seles ganó su última final de Grand Slam en 1996, sobre la misma cancha de Melbourne, en la que la alemana Angelique Kerber frenó este sábado la hegemonía de la estadounidense Serena Williams (6-4, 3-6, 6-4).
Seles y Kerber tienen algo en común, pese a los 20 años que separan sus títulos: las dos son zurdas. De hecho, y por primera vez en la historia, cuatro jugadoras zurdas deambulan en el exclusivo Top Ten de las diez primeras del ranking: las checas Petra Kvitova (7) y Lucie Safarova (6), la rusa Yekaterina Makarova; y la hoy campeona Angelique Kerber, quien subió al puesto 2.
Hace 33 años no ocurría algo similar. Fue después del Abierto de Australia de 1983, cuando tres tenistas zurdas se metían en el Top: la leyenda checa Martina Navratilova, la alemana Sylvia Hanika y la estadounidense Barbara Potter.
Siguiendo con el título de Mónica Seles, de hace 20 años; esta ‘zurda de oro’ se impuso en aquella final de Australia 1996 a la alemana Anke Huber, con parciales 6-4, 6-1. Seles nació en Novi Sad, Yugoslavia, pero siempre jugó por Estados Unidos.
Siempre se habló de su rivalidad con Steffi Graf pero un suceso trágico en su carrera hizo que nunca volviera a Alemania. Fue el 30 de abril de 1993, cuando jugaba los cuartos de final del torneo de Hamburgo y un demente que salió de la tribuna, la apuñaló por la espalda. Se dice que después del ataque nunca volvió a ser la misma.
Dos décadas, dos mujeres, dos zurdas que ganaron en Australia.