La Tutela ha sido atacada por una fracción de la derecha desde los tiempos de la Asamblea Nacional Constituyente. Los ataques ahora se reanudan provenientes de esferas de poder insospechadas. OPINIÓN Jesús Pérez González-Rubio
El Ministro de la Presidencia sienta la increíble tesis de que “será necesario introducir de inmediato reformas que conduzcan a racionalizar la Tutela contra sentencias. No es conveniente que las sentencias de las Cortes de cierre sean modificadas por la Corte Constitucional por defectos sustantivos, dejando de lado el carácter especializado de aquellas”. El señor Ministro es un destacado jurista como para que aparezca ahora que ignora que la experiencia ha demostrado, no sólo en Colombia sino en muchas otras naciones como Alemania, Italia, España, Japón, países en los cuales existe el amparo contra sentencia judiciales, que éstas pueden quebrantar derechos constitucionales fundamentales, como el derecho a la defensa y al debido proceso, por ejemplo.
La característica de la causal especial de procedibilidad de la Tutela contra providencias judiciales llamada defecto sustantivo, es la de operar sólo cuando la sentencia judicial se funda evidentemente, claramente en una norma inaplicable al caso concreto, por ejemplo, ya porque la norma perdió vigencia, ya porque es inconstitucional y el Juez se abstiene de aplicar la excepción de inconstitucionalidad, ya porque no respeta el precedente constitucional. Es clásico el caso de una señora a quien se privó de su derecho a continuar disfrutando de la pensión heredada de su ex compañero permanente fallecido, por el simple hecho de haber contraído nuevas nupcias, lo que evidentemente vulneró el derecho a la igualdad y al libre desarrollo de la personalidad, para sólo poner un ejemplo. (T-292/06).
Lo que propone nuestro destacado Ministro de la Presidencia es nada más ni nada menos que dejar en la impunidad la violación de ciertos derechos constitucionales fundamentales al pretender que la Tutela no opere contra sentencias cuando de defectos sustantivos se trata.
De otro lado, el Ministro del Interior dijo que la Tutela no era para defender a los poderosos sino a los débiles, no a los ricos sino a los pobres. Es una manipulación increíble, pues todo el mundo sabe que es una acción para la defensa de los derechos constitucionales fundamentales de toda persona por el sólo hecho de ser persona, sin discriminación de ninguna clase. No está pues al servicio de los débiles solamente. Se trata de un derecho subjetivo de todos, y los poderes públicos están obligados a velar por su cumplimiento y eficacia y expansión, al tiempo que están sujetos a los mismos, no sólo porque hacen parte fundamental de la Constitución sino porque son la esfera de garantías que protege a los colombianos de las eventuales injerencias arbitrarias del Estado.
Abrigamos la esperanza, primero, de que el Congreso no apruebe semejante atentado contra los derechos constitucionales fundamentales, y en segundo lugar, que si éste insuceso llegare a ocurrir en el Congreso, la Corte Constitucional declare esa limitación inexequible.