El expresidente Álvaro Uribe fue abucheado e insultado a su llegada al municipio de Mosquera, en Cundinamarca, a donde arribó para presidir uno de sus talleres democráticos. Los manifestantes le recordaron los vínculos de sus hijos con las Zonas Francas de Occidente y el fenómeno de los falsos positivos.
El sábado pasado, Álvaro Uribe tenía programado un taller democrático en el municipio de Mosquera, en Cundinamarca. En plena campaña de promoción de sus precandidatos, los del Centro Democrático, el expresidente propició un evento en el que hablaría de seguridad, de empleo, de política.
Antes de que el exmandatario llegara al municipio, el concejal uribista Pablo Sema “regaló almuerzos y banderines de colores” a los asistentes, según afirmaron varios de los manifestantes que se congregaron a la entrada del recinto. Este acto no impidió que, al momento del arribo de Uribe, cerca de 200 personas lo abuchearan e insultaran.
Uribe llegó con sus precandidatos. Juan Carlos Vélez, Oscar Iván Zuluaga y Carlos Holmes Trujillo se sentaron a su lado, mientras el exmandatario elaboró uno de sus típicos discursos. Afuera del lugar destinado al evento, los manifestantes le reclamaron por el fenómeno de los falsos positivos y los vínculos de sus hijos con Zonas Francas ubicadas en ese municipio.
El movimiento político Progresistas denunció que los hijos de Uribe, Tomás y Jerónimo, le deben a Mosquera 30 mil millones de pesos por el impuesto de la plusvalía: “correspondiente por la compra y venta de los terrenos de la Zona Franca de Occidente, construida en una tierra que adquirieron a precio irrisorio a la empresa Bavaria, que de manera generosa se la cedió a los hijos del (entonces) presidente Uribe”.
“No más Uribe” y varias menciones que asociaban al exmandatario con grupos paramilitares, fueron las consignas de los jóvenes manifestantes. El evento se realizó en calma y los precandidatos del Centro democrático pudieron explicar sus propuestas. Esto, a la sombra de más de 200 ciudadanos que le recordaron al expresidente que no quieren que él o alguno de sus herederos tome el poder.