Foto: Cortesía BBVA
Durante el segundo semestre del año se habría consolidado un mejor crecimiento de la economía colombiana que continuará por similar camino en 2018, fundamentado en una mayor dinámica de las exportaciones no mineras y de la inversión.
Para 2018 el impulso estaría acompañado también de una mejor dinámica en el consumo de los hogares, según se deriva del Informe ‘Situación Colombia’ elaborado por BBVA Research.
“Al inicio del segundo semestre, los indicadores económicos están mostrando unas señales de mejora, que se pueden asociar a un punto de inflexión en la trayectoria de desaceleración y confirman el inicio de la recuperación de la actividad. La menor inflación y las reducciones en la tasa de interés soportan la recuperación en el gasto privado”, afirmó Juana Téllez, economista jefe de BBVA Colombia.
Según Téllez, durante el cierre del año se espera que se consoliden otros factores positivos que favorecerán la recuperación de la economía, como son la ejecución de las obras 4G y las inversiones de los sectores minero-petrolero y agropecuario. “Así mismo, esperamos aunque en menor medida, una moderada aceleración de los proyectos inmobiliarios que venían retrasados por un bajo crecimiento de las ventas antes de la implementación, en septiembre, del subsidio a la tasa de interés hipotecaria”, agregó la economista de BBVA Research.
A esto se ha sumado que la inflación cedió a lo largo del año y el Banco de la República pudo reducir su tasa de referencia, lo que ha ayudado a retirarle limitaciones a la economía, permitiendo así una recuperación gradual de la confianza de los consumidores y del gasto, según el análisis.
No obstante, aún hay factores que limitan un mayor crecimiento como la reducida confianza interna. “Vemos que aún los consumidores son pesimistas sobre las condiciones actuales y futuras del país, aunque han mejorado la percepción sobre la economía del hogar (empleo, ingresos del hogar, etc.). Por su parte, los industriales ven todavía bajos volúmenes de pedidos, pero se están reduciendo lentamente sus existencias y el uso de la capacidad instalada se ubica ligeramente por encima del promedio histórico”, añadió Téllez.
De acuerdo con el análisis de BBVA Research, la economía colombiana crecerá un 1,5% en 2017.
BBVA Research espera un crecimiento de la economía colombiana de 2% en 2018, ligeramente superior a la proyección para 2017, fundamentado en sectores como la construcción, la agricultura, y la industria. Por el lado de la demanda, el consumo privado se aceleraría y la inversión se consolidaría, mientras que el consumo público sería menos dinámico.
“La construcción será el principal motor de la economía en 2018. La construcción de obras civiles continuará expandiéndose de la mano de la ejecución de las obras de cuarta generación. A lo anterior se le sumará la recuperación del sector de edificaciones, que luego de tener una contracción estimada del 5,8% en 2017, crecerá a un ritmo de 3,7%, impulsado por el sector residencial que se beneficiará de los subsidios para la compra de vivienda nueva que no supere 435 salarios mínimos mensuales (320 millones en 2017)”, agregó la economista jefe de BBVA Colombia.
Así mismo, la agricultura seguirá expandiéndose en 2018. La producción de café alcanzará una cifra récord de cerca de 15 millones de sacos, superando en 10% la producción de 2017. Además, productos como las flores, los bananos y algunas frutas como el cacao y el aguacate, y el sector pecuario, especialmente el ganadero, tendrán mayor dinámica. “En este contexto, esperamos que agricultura crezca a una tasa de 3,4%, consolidándose como uno de los sectores que serán los más dinámicos de la economía”, señaló Téllez.
Por otra parte, de acuerdo con el análisis de BBVA Research, se estima que el sector de comercio crecerá a un ritmo del 2,8%, con un sector de restaurantes y hoteles creciendo por encima del 3,0%, y que será uno de los motores de la economía a futuro. La industria, que también será impulsada por una mayor demanda externa que aprovechará especialmente el sector de químicos, crecerá a una tasa del 1,8%. “La fabricación de bienes durables y semidurables (muebles y vehículos) también se reactivará, aunque lo hará a un ritmo lento debido a la recuperación gradual que esperamos en el consumo de este tipo de bienes”, dijo Téllez.
Para 2018, se espera que se registren menores presiones sobre la inflación, con lo cual se ubicaría del orden del 3%, lo que podría abrir un espacio para un nuevo ciclo de reducción de tasas por parte del Banco de la República, que podrían llevarla por debajo del terreno neutral.
“Consideramos que en el primer semestre habría espacio para observar una reducción de al menos 75 puntos básicos en la tasa, llevándola a 4,5%”, afirmó Téllez.
En lo que corresponde al comportamiento de la tasa de cambio, el tercer trimestre de 2017 se convirtió en una síntesis de la expectativa para 2018 en términos del comportamiento de la moneda y los flujos de capitales.
“En principio, la tasa de cambio tendería a ubicarse en la primera parte del año próximo levemente por encima de los 3.000 pesos. Ello estaría sustentado inicialmente en el proceso de normalización de la política monetaria en EE.UU. que vendría acompañada de una caída marginal del precio del petróleo”, afirmó Téllez.
No obstante, señala el informe que la volatilidad que podría experimentar la tasa de cambio para el primer semestre provendría también del proceso electoral que iniciará con fuerza en Colombia en el 2018.
“No es una novedad que previo a un proceso electoral presidencial se manifieste algo de tensión en algunas variables financieras, especialmente el tipo de cambio, esto ha ocurrido en el pasado en Colombia y ocurre en otras latitudes. El segundo semestre de 2018 vendría acompañado de un contexto más tranquilo en el frente local, con un resultado electoral que mantenga el eje central del manejo económico y con un potencial incremento del precio del crudo, lo que permitiría una apreciación del peso”, manifestó Téllez.
De acuerdo con estimaciones de BBVA, el tipo de cambio podría ubicarse ligeramente por encima de los 3.000 pesos por dólar a finales de 2017 y en torno a los 2.970 para finales de 2018 y eventualmente, convergería a mediano plazo a los 2.900 pesos por dólar.
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