Gustavo Petro ganó la alcaldía de Bogotá después de una campaña maratónica que incluyó el montaje de un nuevo movimiento político llamado Progresistas. Una revoltura de disidencias del Polo, con amigos del ex M-19, más otros espontáneos que indignados y alentados por fracaso de Samuel Moreno, empujaron un barco que hoy gobierna la capital. Lo cierto es que Petro se había preparado para ser Presidente, y no Alcalde. Y también, que no había gobernado una “empresa” monumental como es el Distrito Capital. A 14 meses de su mandato Petro ya tiene un diagnostico de lo que ello significa. Segunda entrega.
En esta segunda parte de la entrevista con Confidencial Colombia, el Alcalde afirma que el aparato administrativo e institucional de Bogotá no sirve y que pretende poner a marchar su plan de desarrollo de la Bogotá Humana, con lo que llama un “mini-aparato”. Asegura que los colaboradores que se han ido de su gabinete, solo Antonio Navarro renunció, porque a los demás, é le ha pedido su dimisión. Según Petro, su gestión es lenta, porque, entre otras cosas, hay una “parálisis” producida por el miedo de los funcionarios que no aguantan las presiones. Finalmente, se refiere al golpe en la cabeza, que lo llevó dos veces al quirófano.
Segunda Entrega.
C.C ¿La gente quiere saber cómo es un día de su gobierno?
G.P Los objetivos se dividen en dos, los importantes y los urgentes, la urgencia aquí siempre aparece como 10 veces. Hemos intentado que lo urgente no mate lo importante, pero la urgencia invade. Yo me guío por esos objetivos. ¿Cuáles son los objetivos que nos propusimos? Niñez, educación, entonces esos están dentro de los 3 ejes, la segregación, mitigar el cambio climático y defender lo público. Si se coge un hecho concreto de uno de los temas más alucinantes, el tema de residuos y recicladores, que me costó mucho y aún no se saben todavía las consecuencias completas, ahí se ve….¿por qué nosotros cogimos eso como una bandera? Porque ahí se juntaba el tema de segregación social, el tema de mitigación del cambio climático, la defensa de lo público, y para nosotros esa fue una de nuestras batallas y tuvo sus costos como toda batalla. Tengo que decir que aquí hay toda una construcción de agendas paralelas al interior de la administración que vienen de antes tratando de imponerse sobre la nuestra. Dinámicas internas que son durísimas. La agenda de Bogotá Humana tiene una resistencia sobre otras agendas que quieren imponerse.
C. C ¿Cómo le responde usted a los bogotanos que piensan que lo que hay es falta de gestión, de ejecución y sienten una parálisis en la toma de decisiones para la ciudad?
G.P Después de que pase esto, vendrán las evaluaciones. Por el momento a la gente le va a importar que lo que hayamos prometido se cumpla, no le va a importar cuantas resistencias tenemos. La población sabe que eso es así, pero si se metieron a eso hágalo, ¿qué tienen muchos problemas? pues sí, pero hágalo y si no somos capaces y si no vencemos las resistencias entonces somos malos y así la gente que nos acompaña nos va a calificar. Por ejemplo, pagarle a los recicladores, arrancamos el 18 de diciembre y sólo pudimos pagarle a los recicladores hasta el 21 de marzo , entonces dije, ¡vencimos!. No porque se hayan solucionado los problemas ni nada, sino porque hoy es un momento que inicia un proceso, pero que también termina otro. Otro en el que no se nos quería dejar por ningún motivo, aplicar el auto que decía que de los recursos de aseo una parte tenía que ir al pago de esos señores recicladores.
C.C ¿Habla de resistencias internas del mismo Distrito. Ud es el Alcalde, cómo es eso?
G.P A Juan Carlos Flórez, antes de que cayera en el cálculo, yo le leí el programa de Bogotá Humana y dijo que no podía ser aplicado porque el aparato y la institucionalidad no tienen la capacidad para eso. Nosotros somos más voluntaristas por tradición, la voluntad puede, y es propio de los que vivimos la vida que me tocó vivir a mí. “Si se puede”, decimos, pero en la práctica es cierto que el aparto institucional del Distrito, no sirve y no digo que no sirva para Bogotá Humana, es que no sirve. Hay un acumulado histórico para construir esto que hay acá, no sé cuántos años, décadas, para construir lo que hay aquí, pero el aparato burocrático del Distrito es un aparato construido para que no se haga nada, es un aparato que sí se puede mover desde los subterráneos cuando hay corrupción, pero no es todo el aparato, sino unos anillos que se construyen exclusivamente para eso. Se pueden hacer cosas, pero el aparato como tal es profundamente conservador y yo diría que una de las tareas de Bogotá debería ser la trasformación de ese aparto por una institucionalidad diferente.
C.C ¿Así de categórico? ¿No sirve nada, a otros alcaldes les servía?
G.P Yo llevo 14 meses y ya podría hablar de muchos temas. Por ejemplo, las empresas donde el Distrito tiene sus capitales, las empresas públicas. La Empresa de Acueducto, por ejemplo, no es capaz hoy de hacer un alcantarillado de una callejuela de un barrio popular porque durante toda esta fase que podríamos llamar neoliberal, así sea pública la empresa, la empresa fue transformada en un espacio de intermediación de contratos y eso tiene una significado terrible para la ciudad y es que una empresa de tal magnitud no está acumulando conocimiento, que es un conocimiento social, saber del agua, del alcantarillado.. Lo mismo en el IDU. ¿El IDU puede hacerme una calle? No, la contrata, ¿ETB puede hacerme un software de comunicación? No, lo contrata, etc. Entonces eso se llama perder valor, es una sociedad que se desvaloriza. Son espacios de negocios que ya cuando uno empieza a ver son los contratistas de siempre, no necesariamente los nombres que uno se imagina, a veces hasta familiares, o ex empleados de una empresa, unas roscas que se perpetúan en esa manera y están dentro y fuera haciendo lo mismo permanentemente, y al final todo ese acumulado da un aparato muy inservible. Si yo tuviera el poder, que no lo tengo, trataría crear una nueva institucionalidad, pero como eso lo hace el Concejo que no es propiamente una instancia que haya podido dar aún el salto que se necesita, pues yo no lo propongo. ¿Nuestra salida cuál es? La resistencia y ejecutar los objetivos con un mini aparato, que no es con el aparato del Distrito, y ver si somos capaces de arrastrar secciones grandes del aparato, por ejemplo en la educación, pues todos los magisterios que son 34 mil personas, y es probable que esa población podría juntarse al esfuerzo de la Bogotá Humana, y hacer saltar lo que yo llamo la revolución educativa. Hoy pusimos un billón de pesos más, eso se ve bonito, incluso los muchachos podrían decir que lo que le pidieron a la nación se hizo en Bogotá, pero ese billón que pusimos se va a ejecutar al final del año en algo en las cosas que pensamos que provocan el salto cualitativo en la ciudad de Bogotá.
C.C Ese mini-aparato además ha tenido varias “bajas” de gente de su equipo. ¿Por qué se van los funcionarios?
G.P Siempre ha pasado, lo que pasa es que como me pasa a mi, entonces lo tramitan de manera diferente. Es usual la rotación de personas a nivel nacional, a nivel distrital. Un funcionario no se puede sentir dueño de un puesto, porque es de la sociedad. Lo que nosotros tenemos son equipos, no personas, porque es como se organizó el Progresismo que muy rápidamente fue una red, cosa que no es hoy, pero así fue lo que hicimos. Cuando salimos del Polo, pensamos que era una tendencia, pero cuando me lancé a la alcaldía abrimos los ojos y nos dimos cuenta que teníamos un montón de gente que no conocíamos. Era una red progresista, unos talantes que se juntan y montamos unos equipos, contrario a lo que se piensa. O sea, tenemos la forma de que si se va uno, tenemos a otro.
C.C Pero usted gobierna con sus amigos…y algunos de ellos se le han ido..
G.P Uno puede ser amigo de alguien desde hace mucho tiempo y uno apuesta por esa persona, y ya cuando se desarrollan estas presiones no es lo mismo, y no actúa de la misma manera que antes, y puede superarse como puede ablandarse completamente. Uno de los problemas que he tenido en los equipos nuestros es el miedo, son equipos que trabajan bajo el miedo. Aquí tenemos unas estadísticas que nos sirve para demostrarlo. Por ejemplo, en el gobierno de Samuel llegaban a una institución un promedio de unos 50 requerimientos de Contraloría, Personería, concejales que piden información por escrito… hoy el promedio en una institución es 200, hay instituciones que le llegan 1000, es decir que ya tienen que contratar personal para solucionar los requerimientos….
C.C Y eso le parece calculado, no será la gente activa, legítimamente pidiendo explicaciones, información…
G.P Esa es una ofensiva premeditada, porque se sabe que eso provoca parálisis, no solo por los tiempos que toca dedicar, sino que provoca miedo. Entonces esa atmosfera de miedo sobre la administración paraliza, y paraliza el corazón. Sobre mi cae la mayor… Entonces, si Merlano es el décimo grado de parentesco de mi esposa, entonces ya es un nepotismo…Le digo algo, aquí nadie ha dicho “es que yo me voy”, o sea todo ese cuento que no se aguantaron a Petro es una mentira, yo todas las renuncias las he pedido, la única fue la de Navarro que me sorprendió, que además lo hizo por otra razón. Yo todas las renuncias las he pedido, las de mi equipo, las de mi gente, porque también me meten en el mismo costal un poco de funcionarios que lo que teníamos era que echarlos. Yo cambié todo el equipo de TransMilenio, en la UAESP deberíamos haber hecho una barrida más profunda y no la hicimos y fue un error porque son instituciones capturadas por intereses particulares y así en otras. En lo que son nuestros equipos es porque yo he pedido la renuncia y las he pedido básicamente porque siento que se les ganó el miedo o porque necesitamos más audacia, no porque los hemos pillado en robos o cosas de esas, ni siquiera por deslealtades, aquí nadie se fue para irse a las campañas de 2014, por ejemplo.
C.C De los procesos en la Procuraduría, ¿Qué espera?
G.P Yo pienso que sobre las instancias donde se podría provocar un derribamiento del gobierno, si han existido presiones de sectores de la sociedad, mensajes públicos y no públicos, pidiendo que actúen contra nosotros y no porque hayamos cometido un delito, sino por sacarnos. Pienso que las cabezas de estas instituciones, independientemente de sus ideologías, han valorado lo que eso significa en términos de la historia del país, no si son amigos de Petro, ellos saben que significa esto y entonces yo pienso que hay una madurez suficiente como para pensar que no van a caer en ese tipo de halagos que desde ciertos sectores les piden que hagan una ruptura institucional. La otra cara de la moneda de la revocatoria es la refrendación y nos interesa, pero un poco la paradoja de esa organización, según las palabras de su organizador, tiene su mayor éxito cuando se habla del cobro a la valorización que es algo que no tiene que ver con nosotros, con esta administración, entonces desde el punto de vista de la argumentación se vuelve un arma contra él mismo porque tiene que acudir a una valorización que nosotros no decretamos, que no hicimos, y votamos en contra en el 2005, tiene que mostrarlo como la excusa para recoger firmas, tiene un sustento falso.
C.C Usted asumió el reto de ser el primer gobernante distrital 2.0, es decir con redes sociales, ¿cómo le ha ido?
G.P No sé si yo sirva o no sirva. Es muy diferente Facebook a Twitter, pero el Twitter es como si entras a un baño y tienes una pared en blanco, entonces suceden 3 cosas: no escribes nada, escribes una poesía o escribes un poco de cosas, entonces la culpable no es la pared, es lo que está dentro de ti y ese es el Twitter.
C.C ¿Quién maneja su cuenta de Twitter y cómo le va con sus seguidores?
G. P: Yo tuiteo siempre. El Twitter tiene una estructura social que no es por ser Twitter sino por los aparatos, este tipo de teléfono, este aparato está en unos sectores sociales, eso lo descubrimos en Facebook. En Facebook hay un medidor que dice quienes ven lo que se publica. Si escribes un mensaje y no uno subsiguiente, cuando baja la estadística ese mensaje fue visto por 200 mil y eso significa que la mayoría de mis seguidores no prendió su computador ni vio nuestra página sino en el lapso de hasta un mes porque no tienen computador, es decir son muchachos y muchachas, personas que cuando ven su página de Facebook lo hacen porque fueron a un Internet, café, alguien les prestó un computador y cuando abrieron su página de Facebook ahí les sale. En Twitter que es inmediato, que es la diferencia, es peor ¿Quiénes te ven? Los que tienen el aparatico en sus manos, ¿Quiénes son socialmente? Clase media alta, alta. La estructura social que está detrás de la de Twitter es diferente a la de Facebook pero uno tiene que saber que está hablando con sectores sociales que en una encuesta no están contigo y que no estoy hablando con sectores sociales que según las encuestas están conmigo, entonces yo debo saber que esta comunicación la uso intensivamente pero no me puedo frenar.
C.C La gente dice que el alcalde está tuiteando y no gobernando….
G.P No, pero eso es como decir que el gobierno no es comunicación, porque Twitter no es más que una forma de comunicación, igual que si escribiera una carta, o un programa de televisión, entonces esas personas están diciendo que la administración no es comunicación.
C.C Pero, no la debe pasar muy bien, porque si lee todo lo que le dicen…
G.P Eso depende de los que digan los medios tradicionales. Voy a Nueva York porque me invitaron de las Naciones Unidas, no porque fuera a lagartear nada, sino porque nos invitaron solo a las ciudades que han tenido sus mejores records en materia de seguridad en el mundo, no las más pacíficas, sino las que viviendo cosas difíciles lograron unos éxitos, ¿qué efecto tuvo eso en redes? Las redes siguen los medios de aquí, entonces alguno dijo que fue a lagartearse un puesto, otros entonces no le dieron la dimensión que eso tenía. ¿Eso en las redes qué es? Pues lo que dicen los medios. Hay una estrategia de medios que dice que lo bueno, vuélvalo regular, lo regular vuélvalo a lo malo, lo malo vuélvalo al caos, entonces eso es una estrategia de los medios de los hombres más ricos de Colombia, ¿por qué? Yo al principio pensaba que le caía mal al periodista, que no le habíamos dado la pauta. ¡No! Es el temor a un proyecto nuevo, entonces tienen esa estrategia de medios.
C.C Eso suena a una excusa….
G.P Mire. Matan a un muchacho hoy, ¿la estadística de la violencia hoy subió, bajó, es mala, buena? , no, es un caso, que obviamente es dramático, se mete en el medio, se proyecta diciendo que Bogotá va en caos, no importa que la estadística esté cayendo, no importa que la estadística exista, ¿y entonces que reacción hay en las redes? “Mire lo que pasa en la ciudad más segura del mundo”… y yo nunca dije eso. Tratan de crear un clima de que la ciudad va mal, en medio del caos y el miedo, y la solución que siempre es extrema derecha.
C.C ¿Pero, en resumen entonces Bogotá va bien?
G.P No hay una sola estadística que muestre un indicador negativo, la ciudad va bien, no como quisiéramos, el programa se ejecuta con la resistencia que mencioné, pero se va ejecutando. No nos están venciendo las resistencias. A veces forzamos demasiado, y algunas personas se fuerzan demasiado, algunas aguantamos, otras no tanto.
C.C ¿Se ha repuesto de sus cirugías en la cabeza?
G.P Estuve a punto de ser operado tres veces, pero el médico dijo que esperáramos. Finalmente no supimos que pasó, los médicos estudiaron la sangre, porque puede haber problemas de coagulación. Obviamente el primero fue un golpe, pero fue un primer golpe, no fueron tres golpes, entonces algo estaba pasando porque nunca supimos bien, pero yo pienso que en eso ayuda el estrés y el sueño que agravan en medio de la presión. En la tercera yo pensé que me iba a morir. El efecto no es que quita funciones, no afectaba ni el pensar ni nada, pero después de cada operación afectaba mi rapidez mental para hablar y uno de mis fuertes es la oratoria. En la segunda yo fui al Bronx y me pusieron una tarima, me subí, hablé pero tuve que apoyarme en el hombro de Jaramillo porque yo sentía que me iba a desmayar, y a mí me gusta hablar, si me ponen la plaza me encanta y a veces fallo por eso. Fue difícil, un momento difícil, para la tercera dije que si el médico decía que me tocaba operarme otra vez no creería que eso no iba a funcionar bien de ahí en adelante, pero no, y ahorita no hay nada.