Ante la incapacidad de frenar la inflación y la caída del 45% de la moneda local, el presidente del país decidió recurrir a la fe y conminar a sus compatriotas a disfrutar de una jornada de reflexión y rezos.
La religión pudo con el fútbol este último domingo en Zambia. La grave crisis económica por la que atraviesa la más humilde de las naciones del cono sur africano propició la celebración del llamado Día Nacional de la Oración y el Ayuno, decretado el mes pasado por el presidente de la república, Edgar Lungu, con el objetivo de buscar el apoyo ‘divino’ para tratar de escapar de una delicada situación que ha colocado a la antigua Rodesia del Norte al borde de la bancarrota.
El colapso sufrido por la moneda local, el ‘kwacha’, que ha caído un 45% frente al dólar americano en lo que va de año, ha disparado el precio de los productos de primera necesidad y arrastrado en una curva descendente imparable el valor del cobre, la principal exportación del país, cuyo precio está en mínimos históricos. Por si eso fuera poco, una pertinaz sequía ha provocado que los niveles del agua del lago Kariba estén tan bajos que sus plantas hidroeléctricas apenas puedan cubrir las necesidades energéticas de todo el país.
Ante la incapacidad técnica de dar con la clave que permita frenar la inflación que tiene asfixiados a los cerca de 17 millones de zambianos, el jefe del Estado decidió recurrir a la fe y conminar a sus compatriotas (el 85% profesan la religión católica) a disfrutar de una jornada de reflexión y rezos que les ayude a enderezar su maltrecha economía.
“Dios es un Dios de milagros, y si se lo pedimos con fuerza, él nos bendecirá, el kwacha recuperará su antigua fortaleza y los precios de los alimentos volverán a bajar”, señaló el obispoSimón Chihana, presidente de la Fraternidad Internacional de Iglesias Cristianas de Zambia, a la agencia ‘AFP’.
La singular medida gubernamental incluía el cierre de los bares hasta las 18.00 horas y la suspensión de todos los partidos de fútbol programados para la jornada dominical, entre ellos los ocho de la SuperLiga.
Sabedor de la fuerza social que tiene el deporte rey en la calle y lo difícil que resultaría llevar a buen puerto su iniciativa con la Liga local en juego (sólo restan tres jornadas para su conclusión), el presidente Lungu solicitó el apoyo de su homólogo en la Asociación Nacional de Fútbol, el mítico Kalusha Bwalya, quien inmediatamente secundó su propuesta anunciando el aplazamiento de toda la jornada, cuyos encuentros se disputarán este miércoles.
El mejor jugador zambiano de todos los tiempos argumentó a El Confidencial desde Lusaka, vía telefónica, las razones de su controvertida decisión. “Todo lo que hacemos en nuestra vida, incluido el fútbol, se lo debemos a Dios, nuestro creador. Todo aquel que tiene la oportunidad de ver un entrenamiento de nuestra selección o de asistir a cualquier actividad vinculada a la federación sabe que siempre comenzamos y terminamos rezando y dando las gracias a Dios Todopoderoso.
Por lo tanto, este día de oración y ayuno tenía una gran importancia para toda la familia del fútbol, al igual que para el resto del país, porque era una ocasión perfecta para reencontrarnos con él, revitalizar nuestra relación y pedirle que tome la iniciativa de nuestras vidas en este momento tan delicado. Dios nos ha ayudado antes y seguro que volverá a hacerlo”.
Como millares de creyentes, el que fuera mejor futbolista africano en 1988 acudió al llamamiento hecho por la Iglesia para tomar parte en lamultitudinaria oración que tuvo como escenario el Estadio De los Héroes de Lusaka, precisamente el mismo lugar donde hace algo más de tres años los zambianos festejaron por todo lo alto el primer y único título continental logrado por los ‘Chipolopolo’ (Balas de cobre) tras batir por penaltis en la finalísima a Costa de Marfil, en la Copa de África jugada en Guinea Ecuatorial y Gabón. Un recuerdo que, como lo acontecido en la tarde de ayer, quedará para siempre grabado en la memoria colectiva.
“Se trata de dos celebraciones motivadas por causas diferentes, pero con una raíz común: dar las gracias al señor por guiar nuestros pasos y pedirle con nuestras plegarias que nos dé la fuerza necesaria para superar estos difíciles momentos que vivimos. Él siempre ha estado a nuestro lado. Nos ayudó a ganar aquel título y ahora nos ayudará a salir de la crisis”, dice Bwalya.
Aunque el apoyo popular al Día de la Oración resultó masivo, no todo el país secundó la celebración de semejante festividad. Los críticos del actual gobierno acusaron al presidente Lungu de refugiarse en la religión para distraer su manifiesta incapacidad para neutralizar con medidas prácticas y de este mundo los problemas que han colapsado la economía de Zambia.
A buen seguro que tampoco les hizo mucha gracia perderse la más que probable coronación del ZESCO United, al que basta con un punto en las tres jornadas ligueras restantes para proclamarse nuevo rey del balompié zambiano.