El Conjuez de la esperanza

Jaime Córdoba Triviño tiene en sus manos una nueva oportunidad para la comunidad LGTBI. Dentro de una semana el exmagistrado emitirá un nuevo voto decisorio sobre la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo.

En febrero pasado la comunidad LGTBI recibió con optimismo la decisión del conjuez conservador José Roberto Herrera, que ratificó el derecho que tienen las parejas del mismo sexo a adoptar cuando la solicitud recaiga en el hijo biológico de su compañero o compañera permanente, hecho que legitimó a miles de parejas que hoy viven en esa condición.


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Sin embargo la felicidad no fue del todo completa, pues en el fondo de esta decisión aún se sigue restringiendo el derecho a parejas homosexuales sin hijos a adoptar un menor, lo que de alguna manera sigue resultando discriminatorio para ellos.

En ese momento ante la Corte Constitucional seguía viva una demanda que aún puede favorecer a la comunidad en caso de que el fallo sea positivo. Dicha petición hace referencia al mismo artículo; el número 68 de la Ley de Infancia y Adolescencia, pero el fondo es diferente.

Mientras en la pasada demanda se buscaba el reconocimiento a las parejas del mismo sexo para adoptar, en esta ocasión el argumento principal es el derecho de los niños a tener una familia.

“El interés prevalente del menor está representado en su derecho fundamental a tener una familia. Derecho superior sobre los de los demás y el mecanismo de protección más importante es la adopción”, señala la demanda, cuya ponencia está en manos del magistrado Jorge Palacio, cuya posición es la de permitir que las parejas del mismo sexo tengan la opción de adoptar.

Según estadísticas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, en el 2014 había todavía 5.400 infantes esperando por una familia. Y, más desalentador aún, la curva de adopciones en los últimos cinco años ha descendido significativamente en Colombia.

La Sala Plena de la Corte tuvo que votar esta demanda la semana pasada, llegando nuevamente a un empate 4-4, razón por la que nuevamente la decisión definitiva recae sobre un conjuez.

El turno esta vez es para el exmagistrado Jaime Córdoba Triviño, un nombre que inmediatamente genera algo de optimismo en la decisión final, pues el abogado de corte liberal ya ha estado antes frente a procesos relacionados con la comunidad LGBTI, en los que sus determinaciones han sido favorables para la misma.

Años atrás cuando Córdoba Triviño fue magistrado, fue el autor de la ponencia de la sentencia C-798 de agosto del 2008, que le otorgó a las parejas del mismo sexo el derecho a la asistencia alimentaria que se definió “como aquél que le asiste a una persona para reclamar de la persona obligada legalmente a darlos, lo necesario para su subsistencia, cuando no está en capacidad de procurárselo por sus propios medios”, sin importar si son del mismo sexo.

Para ese momento el magistrado aseguró; “a mi juicio, el concepto de familia no se reduce a la conformada por un hombre y una mujer. El término “o” consagrado en el art. 42 de la Carta Política sugiere, a mi entender, que también se forma por la voluntad responsable de conformarla sin distinguir sexos.

Por tanto, las uniones maritales de hecho deben tener, en mi concepto, los mismos derechos y obligaciones que el matrimonio, tanto para las parejas heterosexuales como para las parejas homosexuales”.

Jaime Córdoba fue magistrado de la Corte Constitucional desde marzo de 2001, hasta febrero de 2009, corporación de la que fue presidente en el 2006. Abogado y especialista en derecho penal de la Universidad Nacional de Colombia.

Con una hoja de vida intachable en la que se destacan cargos como juez penal de Bogotá, Procurador Delegado para los Derechos Humanos, Defensor del Pueblo, conjuez de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, asesor del Comité Internacional de la Cruz Roja y de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y Vicefiscal General de la Nación, Córdoba Triviño se convierte en uno de los conjueces más brillantes y de más trayectoria en el país.

Dentro de su carrera profesional se ha caracterizado por la defensa de los Derechos Humanos, y la igualdad, lo que le da hoy a la comunidad LGBTI, una nueva esperanza frente a la que se muestra optimista, precisamente por el perfil de quien tiene en sus manos la trascendental decisión.

No pueden ser ignoradas afirmaciones que ha hecho en pasadas ocasiones como cuando sostuvo que “solo cuando aprendemos a valorar a las personas independientemente de su condición sexual, estaremos valorándolas en su real condición humana, esto es, estaremos reconociéndoles la dignidad humana”.

Inevitablemente este tipo de declaraciones sumadas a las decisiones que ha tomado en el pasado, frente a temas similares, hacen suponer cuál será su posición frente a la decisión que tiene de frente. Una que de resultar como se especula, marcará historia y un nuevo rumbo en el panorama del reconocimiento de los derechos de la comunidad LGTBI en Colombia.

Se espera que Jaime Córdoba Triviño coincida entonces con el bloque liberal de la Corte, integrado por el ponente Palacio, María Victoria Calle, Luis Ernesto Vargas y Gloria Ortiz, quienes se mostraron de acuerdo con permitir que las familias homosexuales puedan adoptar menores.