Teresa Alvarado representa desde hace años a la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos – Anuc, en el Meta. Ella, como los millones de colombianos que hacen parte de la Colombia rural, exigen tener participación en la mesa de diálogo. y le piden al gobierno que los reconozca como una fuerza productiva y como un actor que también se ha visto afectado por la guerra. Entrevista.
La Anuc ha sido probablemente la organización campesina más fuerte en la historia del país. En la década del 70, la asociación sentó las bases de una tenencia equitativa del territorio a partir de una frase que se convirtió en un grito de batalla: La tierra es p’al que la trabaja.
La contrareforma agraria ejecutada a finales del siglo XX diezmó su actividad, pero ahora vuelve a tener algún tipo de representatividad en las comunidades de varios lugares del país. El meta, una zona de conflicto desde el nacimiento mismo de la confrontación armada, no es la excepción.
Bajo este contexto emergen figuras como la de Teresa Alvarado, una representante de las mujeres en la lucha campesina y participante de los encuentros para contribuir al fin del conflicto organizados por las comisiones de Paz del Senado y la Cámara de representantes.
Escéptica, Alvarado plantea sus posturas frente al naciente proceso de diálogo entre el gobierno y la guerrilla. Admite que la paz no se construye en una mesa, y que es en sus territorios donde se libra la guerra. Señala que el Estado ha construido el modelo de desarrollo a espaldas de los campesinos y exige verdad por parte de los negociadores.
Confidencial Colombia: ¿Por qué esta acá, a nombre de qué organización?
Teresa Alvarado: Estoy acá porque creo que los campesinos y las campesinas de Colombia necesitan ser escuchados, tienen derecho a la palabra. Hace años que esta desapareciendo la palabra campesina de las políticas públicas, de los lenguajes cotidianos, y un proceso de paz no puede ser completo si los campesinos no existen, si no se les reconoce como sujetos de derechos, no se le reconoce en su economía, en su modelo de vida, en su condición de participantes también en la construcción de éste país.
CC: Desde ese movimiento, que precisamente ha sido tan fuerte, ¿cómo ven el tema de procesos de paz? ¿Respaldan ustedes una iniciativa de que el gobierno y las Farc se sienten a hablar?
TA: Yo creo que hay dos cosas que mirar. Nosotros respaldamos los diálogos para que se maneje el conflicto, se lleguen a acuerdos porque el país necesita también que los actores le digan la verdad. Nosotros necesitamos también verdades.
Lo segundo es que la paz no se logra en unos diálogos, la paz va más allá de los diálogos de paz, la paz es una construcción de todos los ciudadanos y colombianos y por lo tanto creemos que el tema de la paz debe ser un dialogo nacional, debe ser un dialogo de los que hemos sido afectados por la paz y de los que hemos vivido las consecuencias de un conflicto irresoluble hasta el momento.
CC: ¿Usted cree que este es el camino, que eventos como los que organiza el Congreso son el camino para que la sociedad civil se involucre con el proceso de paz, o les gustaría tener directamente una silla en esa mesa de la Habana?
TA: Yo creo que caminos pueden haber muchos, pero lo que nosotros estamos diciendo hoy y buscando es que el gobierno también reconozca a los campesinos y todos los actores reconozcan a los campesinos como un sector de la sociedad. No en vano el informe de Desarrollo Humano habla de una Colombia rural y 32% que son los campesinos de este país merecen ser escuchados.
Y merecen ser escuchados porque también tienen qué decirle al país, también tenemos propuestas para el país y para la paz porque, como le decía, hemos sido afectados también por el conflicto. Es en los territorios, en las fincas campesinas, en las veredas donde están los campesinos es que esta el conflicto.
El conflicto no esta por fuera, el conflicto esta allí en los territorios nuestros y en la medida que esta allí también necesitamos saber y necesitamos decirle al país que nuestros derechos también tienen que ser reconocidos y tenemos que ser reconocidos como no participantes en este conflicto, nosotros somos afectados y merecemos también que se nos reconozca como víctimas de esta guerra.
Victimas no son solamente los que han escapado porque el campesino también ha hecho resistencia por más de siglos. Es que el conflicto no es de los últimos cincuenta años, históricamente el país ha vivido en conflicto y los campesinos han vivido este conflicto histórico del país y no se nos ha reconocido históricamente.
Le estamos reclamando al Estado, a la academia y la sociedad esa visibilización de los campesinos como gestores de paz. Los campesinos han sido gestores de paz, somos protagonistas del desarrollo que requiere un país, de una vida rural negada, de una vida rural que se le desconoce en su esencia, se le desconoce en su aporte al país, que se desconoce en los derechos de los campesinos.
Se ha construido el desarrollo también de espaldas a los campesinos sin reconocerles el potencial que ellos pueden tener para aportar a procesos de paz de larga duración.
CC: ¿Está de acuerdo con la manera en la que han edificado los puntos de la agenda el gobierno y las Farc, sobretodo en el tema del desarrollo rural?
TA: El que el gobierno haya firmado y el gobierno haya aceptado que se piense en el desarrollo rural, es indiscutiblemente una apuesta a la inclusión, pero esa inclusión es incompleta si no hay una inclusión real de los campesinos.
CC: ¿Qué expectativas tienen de las propuestas que están haciendo, cree que realmente van a llegar a la Habana?
TA: Yo creo que una de las cosas que esta pasando con la participación de la sociedad civil, es que uno la siente muy tranquila, muy serena, yo diría que hay un pensamiento maduro, sino maduro por lo menos más claro de lo que son los diálogos y de los alcances que puedan tener.
Es decir, nosotros no nos estamos creando más expectativa de las que realmente tiene el dialogo y por supuesto una de las cosas que si consideramos importante es que se haga un esfuerzo por todos los actores de mostrar y de voluntad por lo menos de negociación, porque la paz es un proceso que hay que construir pero sin negociación difícilmente podemos hablar posteriormente de paz.
CC: ¿Estaría de acuerdo con la participación política de las Farc, una vez logren desmovilizarse?
TA: Eso se lo tendría que preguntar a las Farc porque nosotros somos sociedad civil, somos organizaciones.
CC: ¿Pero desde la sociedad civil?
TA: Desde la sociedad civil somos organizaciones y no podemos renunciar a nuestra condición de organización, y como no podemos renunciar a nuestra condición de organización, nosotros creemos que nuestra participación también tiene que darse a la luz de lo que hemos construido como país, una constitución que respalda la participación, una constitución que ha colocado a los electores como los sujetos a decidir, entonces pienso que no se puede ir en contra vía de esta constitución porque entonces estaríamos negando lo que nosotros hemos ayudado a construir.
CC: ¿Creen ustedes que es el legislativo que son las comisiones de paz del senado y la cámara las encargadas de llevar sus propuestas a la mesa de negociación de la Habana estado?
TA: Creo que a ellos como legisladores les interesa conocer que esta penando la sociedad civil y eso es normal en un legislador, sean los voceros o no. Nosotros no le hemos dado esa potestad tampoco.
CC: ¿Pero están acá?
TA: Pues si están acá y ellos han querido conocer lo que pensamos me parece que es sano que lo hagan porque también conocen la otra realidad, también conocen que esta pensando la gente, también conocen que esta proponiendo la gente, y también les podemos decir de frente que no compartimos muchas de las legislaciones que ellos han hecho en el congreso de la república, que el hecho de que uno haga propuesta significa que ellos han dejado de ser protagonistas del cambio que requiere el país.
Cuando uno deja de ser protagonista pues simplemente no esta cumpliendo la misión para la cual fue elegido.
CC: Desde la Anuc, ¿cómo se ve el tema del desarrollo rural hoy en el país y con respecto a una perspectiva del futuro y de eventual fin del conflicto armado?
TA: Yo creo que esa es la tarea nuestra y es la misión del gobierno pensar en el desarrollo rural, y pensar en el desarrollo rural significa también apostarle a reformas importantes: la tenencia de la tierra, la infraestructura para que los campesinos de verdad tengan unas posibilidades de desarrollo y una opción de vida digna.
Yo creo que hoy, en una sociedad donde estamos hablando de conocimiento, de innovación, de tecnología, de educación, de no se cuantas cosas, me parece incompatible con lo que realmente vive el campo, un campo con cien o cincuenta años de atraso, un campo donde se le equiparan en igual de condiciones a la parte urbana, un campo donde lo ponen a competir en desigualdad de condiciones, unos campesinos que no tiene infraestructura, donde la situación de pobreza se expresa es en el campo, y no lo digo yo, lo dice los datos, lo dice la Cepal, lo ha aceptado el mismo gobierno.
Entonces yo creo que tenemos grandes retos, no es solamente sentarnos a hablar y decidir palabras bonitas o discursos chéveres sino es de verdad mirar la realidad del país y creo que aceptar que hay una realidad del país y reconocer los actores de esa realidad del país es un principio que puede ayudar por lo menos a que las voces no escuchadas se hagan presentes, en este caso como los campesinos se hagan presentes para decidir que desarrollo rural es el que quieren y que educación queremos también, que sistema de salud y de seguridad queremos, que modelo de vida también queremos.