El extinto hueso extraesquelético les ayudaba a los primates a ganar en el juego de la conquista y el apareamiento, según lo indicaron los expertos quienes analizaron diferentes restos de mamíferos de la prehistoria.
En la época prehistórica diferentes mamíferos, entre ellos el primate, tenían un hueso en su aparato reproductor llamado báculo. Este hueso extraesquelético, que significa que no está conectado con el resto del esqueleto, ha sido hallado en varios animales analizados y se ha encontrado de diferentes diámetros y formas.
Si bien los báculos se encuentran en diferentes especies de mamíferos, no está en todos los animales siendo una característica exclusiva para muchos de ellos.
Según un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B, se analizó el desarrollo del báculo en los mamíferos observando su distribución entre las diferentes especies en función del patrón de herencia (conocido como filogenética).En los resultados se evidenció que el hueso no se desarrolló hasta después de la división de los mamíferos en placentarios y no placentarios hace unos 145 millones de años, y justo antes de que apareciera los primeros primates y los carnívoros hace unos 95 millones de años.
La investigación también muestra que nuestros “antecesores primates” si tenía el hueso en el pene, lo que significa que si bien alguna vez tuvimos durante mucho tiempo este báculo con el curso de la evolución se fue perdiendo hasta que desapareció por completo.