Un diálogo de paz con las Farc es un hecho político, y la cartera del interior será clave para articular el inminente proceso de diálogo entre las partes con lo que suceda al interior del legislativo. No es seguro que Federico Renjifo vaya a quedarse en el cargo.
Cuando Juan Manuel Santos dio a conocer su intención de hacer un revolcón ministerial para el “segundo tiempo” de su gobierno, el primer nombre que sonó para dejar su cargo fue el del ministro del Interior, Federico Renjifo.
El poco conocimiento de las lógicas internas en el Congreso y las relaciones que tiene con los miembros del legislativo han provocado que el Presidente piense en el relevo de la cartera del Interior del abogado vallecaucano.
Probablemente la última razón que tuvo el gobierno para decidirse a sustituir a Renjifo del ministerio fue la manera en la que se manejaron los diálogos con los indígenas de los cabildos del norte del Cauca. El propio Santos tuvo que ir a “salvar” una situación que se estaba tornando incontrolable.
La nueva lógica en la que entró el país, luego del anuncio de que el Estado está dialogando con la guerrilla de las Farc y que ya han firmado un acuerdo para formalizar las conversaciones modifica las prioridades del ministerio y sin duda hace que el funcionamiento de esta cartera sea muy importante para el desarrollo del proceso.
Cuando el diálogo entre las partes arranque, y los involucrados comiencen a desarrollar la agenda propuesta, el Congreso deberá estar pendiente a las alternativas legales que pueda gestionar para que el camino a la paz se direccione de manera correcta.
“El ministro del interior de un país es el encargado de manejar los asuntos políticos; y un proceso de negociación para solucionar un conflicto es un tema eminentemente político. Así que la labor del jefe de esta cartera será vital”, afirmó Jaime Castro, quien ejerció este cargo entre 1984 y 1986.
Allí, el ministro del Interior será fundamental como puente entre el Estado negociador y el aparato legislativo, que puede sacar adelante leyes que abran paso a eventuales acuerdos y compromisos.
Según Castro, un ministro del Interior es, generalmente, el vocero del gobierno en este tipo de procesos. En este caso podría ser distinto puesto que en la fase previa de acercamientos no ha habido ninguna mención a esta cartera como facilitadora en el proceso.
El nuevo jefe de la cartera política tendrá también la labor de informar a la coalición de gobierno sobre las preocupaciones, debilidades, oportunidades y fortalezas del proceso que se desarrolle en Cuba. Y deberá ser el garante del apoyo de la Unidad Nacional a la iniciativa de paz del gobierno.
En pocas palabras, el ministro del Interior será clave para cumplir el anhelo de Santos de “utilizar esta vía para acabar con el conflicto”, sin repetir los errores del pasado y con el respaldo de la sociedad.
Muchos especulan con que Renjifo saldrá de la cartera política para asumir el ministerio de Minas, aunque Castro afirma que Renjifo es de la entraña de Santos y que no abandonará el cargo. La agenda de la paz también podría determinar los cambios de gabinete.
No en vano, el segundo tiempo del gobierno parece que va a ser jugador por los ministros de la Paz.