El político Óscar

Las encuestas siempre han sido un escenario en el que Óscar Naranjo, General en retiro y actual negociador en la mesa de diálogo en La Habana (Cuba), ha salido fortalecido.

Hace exactamente un año, la empresa encuestadora Gallup lo ubicaba con el índice más alto de favorabilidad con un 75 por ciento. Estaba por encima de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos. Pero su éxito en los sondeos no termina ahí. Datexco reveló que en un eventual enfrentamiento con el presidente Santos por la presidencia de la República, el exdirector de la Policía contaría con una intención de votodel 35 por ciento, cifra superior a los 31,7 que obtuvo Santos.

Naranjo forjó una imagen favorable durante el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez. La razón: su efectividad dentro de la Policía en medio de la política de seguridad democrática; una de las banderas del exmandatario.

En este periodo, estuvo involucrado en operaciones que antes le correspondían solo al Ejército. El General capturó y dio de baja a cabecillas de las Farc. Además aumentó la eficiencia de sus hombres en las incautaciones de cocaína, porque antes de llegar como director de la Policía, la Armada decomisaba el mayor número de toneladas del alcaloide. Naranjo impulsó la incautación por tierra. Hoy, el 70 por ciento del tráfico de droga se incauta por vía terrestre.

Durante el tiempo que lleva Santos en la casa de Nariño, Naranjo ha sido partícipe de la mesa de diálogo en La Habana, manteniendo un fuerte lazo con la política de paz del Gobierno.

Ser parte de los momentos más importantes de los dos gobiernos, lo convierten en una posibilidad fija para ser un personaje elegible en las próximas elecciones presidenciales, porque amalgama las principales políticas de sus anteriores jefes.

Cuenta a su favor la falta de figuras que en este momento lleguen a contrarrestar las disidencias que existen entre Uribe y Santos.

Otro factor que resalta al General es su excelente relación con los medios, igualmente su capacidad para conciliar con sus contradictores. Es una figura enigmática que para muchos responde al conocimiento que tiene de las confidencias de la clase dirigente. Por esto, en el mundo político, es mejor tenerlo de amigo.

Por otra parte, Naranjo nunca ha mostrado interés en participar en política. No ha estado involucrado en los pormenores de una campaña electoral ni en las dinámicas del legislativo, y menos aún en un cargo de elección popular. Por eso sería algo poco probable su vinculación en algún escenario político. Así mismo, no es claro que pese a su popularidad y buena aceptación, tenga la estatura para una candidatura presidencial. En Colombia, los miembros de la fuerza pública que se han metido a la política han tenido malos resultados en las urnas.

Su buena reputación ha servido para que muchos uribistas lo vean como un excelente contrincante para la Unidad Nacional de Santos y su cruzada reeleccionista. Algunos alfiles del expresidente han asegurado que ya se ha reunido fuera del país, pero nunca han confirmado la intensión de una coalición con el Centro Democrático. Los funcionarios más cercanos a Santos afirman que Naranjo tiene todos sus sentidos enfocados en dos cosas: su papel como negociador en la mesa de dialogo de La Habana y su asesoría al gobierno mexicano en temas de seguridad.

Estos rumores ratifican que el presidente Juan Manuel Santos afronta es resultado de varias piedras en el zapato. San Andrés, la reforma tributaria y el constante acoso de su antecesor respecto a la percepción de inseguridad en el país, son coyunturas que tienen bajando la popularidad del presidente que más votos ha tenido en la historia republicana de Colombia. No hay que dejar a un lado que en el hipotético enfrentamiento por la estadía en la casa de Nariño, un General retirado de la Policía sería su verdugo para un segundo periodo en el que Santos pretende consolidar la Paz.

Lo que es cierto es que Óscar, como le llaman quienes ya le perdieron el miedo, es un personaje que está llamado a ser protagonista de cualquier escenario político en el futuro.